No hace mucho hablábamos de los Alvia, los trenes multifuncionales que forman el escalón previo hacia el AVE. Aunque los Alvia son capaces de operar en ancho de vía internacional o ibérico indistintamente con sólo una rápida adaptación sobre la marcha sin necesidad de detenerse ni de cambiar de locomotora, utilizan determinadas paradas para ello.
Una de ellas está en Valdestillas (Valladolid), que pese a la apariencia no es una estación sino un cambiador de ancho formado por un conjunto de instalaciones en las que, aparte del apeadero de pasajeros, el tren puede llevar a cabo la operación de cambio de su eje (es un Alvia S-130). Un cambiador consiste en una nave dotada de varias vías para evitar esperas, reducir tiempos de maniobra y absorber el nivel del tráfico ferroviario.
En el caso de Valdestillas el cambiador es necesario porque el S-130 viaja hasta Valladolid como AVE y desde allí continúa hasta el final de trayecto en Gijón tras adaptar su eje. Este proceso continuará durante un tiempo hasta que se termine el segundo tramo de la construcción de la línea de Alta Velocidad Madrid-Asturias.
