Madeira, la perla del Atlántico, ofrece unos paisajes únicos que ponen en el mismo plano picos de casi 2000 metros de altura y la fuerza del Atlántico. Esta isla de origen volcánico es perfecta para escapar de la civilización y reconciliarse con la naturaleza, por eso muchas de las actividades que te proponemos tienen que ver con playas, montañas, acantilados, miradores, piscinas naturales… Más allá de ser la isla de Cristiano Ronaldo y del ajetreo de Funchal (la Babilonia de los que miran la capital con cierto recelo), Madeira cuenta con pueblos pesqueros y agrícolas dignos de ser visitados, paseados y fotografiados.
La primera recomendación es que si viajas a Madeira, alquiles un coche o una moto y te dejes guiar por los locales, que conocen los rincones más escondidos en los que reina el silencio. Como lo hicieron con nosotros Jorge y Andreia. ¿Empezamos la ruta?
1. Date un baño refrescante en Doca do Cavacas, las piscinas naturales de Funchal.
2. Supera el miedo a las alturas y pisa el suelo de cristal del mirador de Cabo Giraõ, a 800 metros de altura sobre el nivel del mar.
3. Siéntate en una terraza y pide una cerveza Coral fresquita y una ración de lapas.
4. Al atardecer, acércate a Paul do Mar, el punto más occidental de la isla, para ver la puesta de sol. Es probable que encuentres alguna fiesta con música y mojitos.
5. Visita las playas negras de Seixal, donde las montañas verdes se mezclan con el turquesa del Atlántico. También puedes bañarte en las piscinas naturales, llenas de peces.
6. Después de horas de subida, contemplar el paisaje desde lo alto del Pico de Ruivo, el más alto de la isla, es algo maravilloso.
7. Pasea por Jardim do Mar y piérdete por sus laberínticas calles. No se puede acceder en coche, pero no importa porque lo más divertido es recorrer los callejones adoquinados y contemplar el mar rompiendo contra el paseo.
8. Sube al teleférico que une el centro de Funchal y Monte para tener una perspectiva única de la ciudad.
9. Las piscinas de Porto Moniz son las más turísticas de Madeira, pero si no te molesta la gente, merece la pena pegarse un chapuzón.
10. Para en alguna taberna típica a tomar una poncha, siempre con cacahuetes o altramuces. Es dulce y está hecha con frutas como la piña o el maracuyá, pero no te confíes, ¡es fuerte!
11. Câmara de Lobos es una de las localidades más pobladas de la isla, sin embargo, tiene el aspecto y el encanto de un pueblo típico de pescadores.
12. Descubre la tradición de Madeira en Santana, un pueblo en el norte de la isla que se caracteriza por sus casas triangulares y coloridas.
13. Toma el sol en Praia Formosa, una playa de arena negra y rocas volcánicas que une Funchal con Câmara de Lobos.
14. No puedes irte de Funchal sin sumergirte en los colores y el olor a frutas y flores tropicales del Mercado dos Lavradores.
15. São Vicente es un pueblo encajado en un valle en la costa norte de Madeira, justo donde la isla empezó a formarse. Como consecuencia de esta actividad volcánica se crearon unas grutas dignas de ser exploradas.
16. Haz un tour para ver a los delfines, ¡saltan alrededor del barco!
17. El camino no es fácil, pero llegar hasta lo alto del pico Arieiro es un espectáculo para los sentidos.
18. Dicen que el que hace una levada, repite. Nuestra recomendación es la levada das 25 Fontes: 3 horas de caminata a través de cascadas y mucha vegetación.
19. A parte de las playas salvajes, Madeira también tiene playas artificiales con arena amarilla como la de Calheta. El agua está, casi todo el año, a una temperatura muy agradable.
20. Recorre el paseo marítimo del Lido, perfecto para sentir la brisa del Atlántico y caminar entre plantas y flores exóticas.
21. Ve a Eira do Serrado para ver Curral das Freiras desde las alturas. ¡Para vivir en esta pequeña población del interior de Madeira, no hay que tener vértigo! No te vayas sin probar sus dulces y licores elaborados con castañas.
22. Haz una excursión en barco hasta Porto Santo y pasea por sus larguísimas playas de arena dorada.
23. Haz una ruta por el bosque de laurisilva, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. ¡Creerás estar en la Tierra Media!
24. Haz el camino de la costa de São Jorge: 3 kilómetros recorriendo un sendero esculpido en un acantilado.
25. Si estás en Madeira en la primera semana de mayo, tienes que ver el despliegue de color de la Festa da Flor de Funchal. Las calles se llenan de flores, desfiles, carrozas decoradas…