La ministra de Fomento Ana Pastor dio pie a muchos titulares hace unos días, cuando, durante una entrevista en TVE, declaró que este mes de enero presentaría un modelo de tarifas para el AVE completamente nuevo y más barato, refrendando así las palabras anteriores de .
La ministra justificaba la idea basándose en que la Alta Velocidad española estará entre las mejores del mundo pero con unos precios actuales tan caros que resultan disuasorios para la utilización de este medio de transporte: “El AVE es rápido y eficaz, pero hay muchas personas que no han ido nunca en él porque todavía es muy caro”.
Evidentemente, prefiere reducir el coste del billete si con ello consigue que los trenes viajen más llenos que en la actualidad: las líneas de mayor ocupación, que son las que unen Madrid con Sevilla y Barcelona, apenas trasladan 14.000 y 9.000 pasajeros por kilómetro respectivamente, muy por debajo de otras europeas de Francia y Alemania.
Y ees que a pesar de que la Alta Velocidad es el modelo que da “mejor resultado” en el sector ferroviario, hay que insistir en la competitividad. Por eso se ha optado por reducir algunos de esos costes, como en el caso de la construcción de determinadas estaciones consideradas demasiado onerosas (“faraónicas”, por usar las palabras de Pastor) o la supresión de la clase Club en algunas líneas.
En realidad habrá que esperar a la adjudicación del servicio; no olvidemos que se ha decidido la privatización de los servicios ferroviarios españoles para afrontar las pérdidas de 447 millones de euros y la deuda que suman Renfe, Adif y Feve, que asciende a 20.730 millones. Por eso hay quien se atreve a sugerir que la tendencia de la Alta Velocidad es acercarse al modelo low cost de las líneas aéreas, con costes al mínimo, billetes con tarifas bajas según la fecha, etc. En realidad no es una noticia nueva y aquí ya la reseñamos en varios posts hace dos años.
Vía: 02b.com
Foto: Donald Townsend en Flickr
