Si ayer hablábamos de la prevista puesta en funcionamiento de la Variante de Pajares para finales de 2015, una vez se solucionen los problemas de filtraciones de agua, la línea de Alta Velocidad que ha de enlazar Madrid con Asturias sigue siendo noticia en el Principado pero por otros motivos técnicos.
Y es que el tramo que debe atravesar la región aún está en la fase de estudio del trazado por parte del Ministerio. Para entender la complejidad del tema hay que tener en cuenta que el centro de Asturias se caracteriza por el triángulo que forman sus tres ciudades principales, Oviedo, Gijón y Avilés, separadas entre sí por distancias entre 28 y 32 kilómetros.
Esa disposición triangular obliga a construir la línea de forma que una vez atravesada la cordillera Cantábrica llegue a Pola de Lena y de ahí a Oviedo, para luego seguir hasta Gijón, donde concluye. Pero antes ha de haber un ramal hacia Avilés. Algo que no se contemplaba en el proyecto original, que únicamente hablaba de un itinerario Pola de Lena-Oviedo-Gijón.
En 2009, el ministro de Fomento del ejecutivo socialista, José Blanco, encargó un estudio informativo a la consultora Prointec y al año siguiente se empezó a realizar el examen medioambiental. Las sempiternas demoras acumuladas terminaron con su suspensión por el ministro actual de esa cartera, al haber pasado dos años y caducado los plazos, en espera de que se determine el trazado definitivo.
Al parecer, el Ministerio envió a los ayuntamientos un proyecto inicial, presentado en mayo de 2010, con vistas a que esos municipios hicieran las observaciones correspondientes sobre el tema. Ahora la cosa queda en suspenso pero con la novedad de incluir a Avilés en el plan de la Alta Velocidad asturiana.
Vía: La Nueva España
Foto: J.J. Rodríguez en Wikimedia