José Alberto de la Torre, responsable y creador del blog “El Fogón de la Perla Gris“, después de un año viajando por Rumanía, nos invita a hacer un recorrido junto a él y así compartir sus experiencias y volver a otros tiempos. Un país con fantásticos pueblos medievales, bosques de ensueño y con una cultura, gastronomía y tradición arraigadas que la convierten en un destino turístico diferente y encantador.
Una de las rutas turísticas por excelencia y que mammás gente recorre es la llamada ‘Ruta de los monasterios’. Una ruta que une al menos seis de los monasterios más importantes y conocidos de la región de Moldova, en la zona norte del país. ¡Vamos a conocerla!
Rumanía, país de monasterios
La religión principal que se practica en Rumanía es la ortodoxa, aunque convive pacíficamente con la católica y algunas religiones minoritarias. En esta zona se concentran las más antiguas y mejor conservadas muestras pictóricas de influencia bizantina que podemos ver y que han sido posteriormente emuladas en el resto de monasterios que se construyeron con posterioridad.
El autor de toda esta muestra de arte antiguo sin precedentes en la región fue el rey Stefan cel Mare (1.433-1.504 D.C.) que durante su reinado mandó construir una serie de monasterios e iglesias en agradecimiento a Dios por ayudarle a ganar las batallas.
La forma que tenía de elegir el emplazamiento era lanzar una flecha al aire y donde caía era donde estaba escrito que tenía que estar la torre del monasterio o la iglesia. Muchos de estos monasterios han pasado posteriormente a ser Patrimonio de la Humanidad.
Cabe destacar que la fórmula perdida de los colores de los monasterios es la fuente de muchas leyendas, porque conseguían imitar exactamente los colores de la naturaleza.
Siguiendo esta ruta podemos encontrar los monasterios de Voronet, Moldovita, Sucevita, Putna, Arbore y Humor. Todos ellos, a escasos kilómetros unos de otros, y que podemos hacer en dos etapas si queremos para poder visitar otros museos o pueblos de la zona.
Monasterio de Voronet
A escasos cinco kilómetros de la ciudad de Gura Humorului, podemos encontrar el primero de los principales monasterios de esta serie, el afamado monasterio de Voronet. Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y a la que se denomina como ‘La capilla Sixtina del Este’. El monasterio de Voronet fue construido en 1.488 y se tardó en en levantar tres meses y tres semanas.
La entrada tiene un coste de cinco lei (1,15 €) y si hacemos fotos tendremos que pagar una ‘taxa de foto’ que no va incluida en el precio incial. Una vez dentro del recinto podremos pasear por sus jardines llenos de rosas, refrescarnos en el pozo de agua potable que encontraremos en su interior o subir a la torre del homenaje por sus angostas escaleras preparadas para defenderse del enemigo.
Una de las mayores atracciones que ofrece al turista la visita a Voronet son sus pinturas, ya que aún hoy en día, no se sabe con exactitud qué mezclas de hierbas o pigmentos naturales utilizaron para que se conserven actualmente.
Uno de los colores predominantes entre sus composiciones religiosas es un azul oscuro. Este color ha pasado a las cartas de colores internacionales como azul de Voronet, único en el mundo. Actualmente solo existen tres colores reconocidos en los catálogos con denominación propia internacionalmente: el azul Voronet, el rojo Tiziano y el verde Veronés.
Allí podemos ver las representaciones del Juicio final, la Justicia, o la Resurrección de los muertos en sus fachadas pintados con una gran maestría y, aunque la técnica es bizantina, los pintores anónimos caracterizan a los personajes bíblicos con ropajes de la misma época en que se construyeron los monasterios. Una vez dentro, y también rodeados de pinturas, visitaremos la tumba del confesor de Stefan cel Mare.
Posteriormente, después de salir del monasterio, seguiremos nuestra ruta en busca del siguiente más próximo que es el monasterio de Humor. A otros escasos cinco kilómetros de la anterior mencionada ciudad de Gura Humorului. Para recobrar fuerzas siempre podremos pararnos en el mismo pueblo de Voronet a degustar alguna trucha frita con mamaliga, unos jugosos mici con mostaza o unos sarmale típicos de la zona. ¿Te animas?
Gran articulo. Por cierto Rumania es un país donde a parte de disfrutar de sus ciudades, iglesias y monasterios tiene una gran belleza natural. Sus montañas son dignas de visitar y recorrer en coche las grandes rutas transalpina y trasfagaras. Sin duda ofrece de todo para todos los visitantes https://www.haztuagosto.com