Consejos para viajar con niños

¿Tienes hijos y a veces no sabes qué tipo de viajes puedes hacer con ellos? ¿Quieres conocer a otros padres y familias que recorren el mundo con sus peques? Hoy, Cristina Silvente, psicóloga y autora del blog Viajar con niños, nos cuenta experiencias, consejos e información general sobre viajar con niños y niñas… ¡Toma nota!

Uno de los mitos más extendidos en nuestro país es que no se puede viajar más una vez tienes niñ@s. Pero como todos los mitos, está fundado en prejuicios y falta de información. La realidad es que las familias del resto de Europa hace décadas que viajan por el mundo con sus hij@s.

No se trata de viajar por viajar, las familias que viajan con niños ya lo hacían antes de tenerlos. Pero quizá hay que tener en cuenta algunos aspectos.

EN EL AVIÓN

Hasta los dos años de edad, los bebés pagan un 10% del billete de avión y van sentados en las faldas. Si se necesita cunita, se puede solicitar una con antelación (en el mismo momento del check-in os podéis encontrar que ya estén todas solicitadas).

Para el despegue y el aterrizaje, a fin de evitar molestias por el cambio de presión y altura, es aconsejable que estén succionando, bien el pecho, o un sustitutorio, biberón, tetina, o chupete.

EN EL DESTINO

Cuando son pequeñitos no importa tanto el destino, pues ellos ya están bien yendo con sus padres. Un bebé necesita contacto físico, lactancia básicamente y sus ciclos de vigilia y sueño se adaptarán a los ciclos de luz del país y la actividad de los padres. Sus hábitos en el país dependerán mucho de los hábitos en nuestro país de origen.

Seguramente no podremos ir a los 1000 lugares, museos, ciudades que visitaríamos sin niños, pero eso no quiere decir disfrutar menos o dejar de hacer cosas. En la mayoría de países no occidentales, los niños forman parte de la vida social diaria y sus habitantes suelen ser muy cariñosos con ellos. Viajar con niñ@s puede descubrirnos un mundo diferente: nos abren las puertas de sus casas, conocemos las costumbres, la gente se acerca preguntando por su edad, país de procedencia, te cuentan sobre sus hijos, sobrinos y nietos, les hacen regalos, incluso en centros religiosos es más fácil tener ciertos privilegios que no se tendrían en absoluto yendo dos personas adultas.

EQUIPAJE ESPECIAL

Dependiendo de nuestro estilo de viaje, si organizado o independiente, podemos ir con más o menos equipaje, aunque el consejo general es no ir muy cargados.

Si los bebés se alimentan a base de lactancia materna, no hay ningún problema. Hasta los 6 meses no necesitan nada más y es un alimento muy seguro para viajar y para reponerse en caso de alguna enfermedad. Una vez se introduce la alimentación complementaria, en la mayoría de países cereales, fruta, verdura, pollo son alimentos universales fáciles de encontrar, incluso a veces más sana que en casa, porque no están tan tratados industrialmente, y los animales de granja son criados en libertad y pasto natural.

Si no se pudo alimentar el bebé con lactancia materna, entonces sí puede ser algo complicado encontrar lactancia artificial en el país. Hay que tener en cuenta las recomendaciones de la OMS de hervir la leche (y no solo el agua) para evitar problemas de salud.

Sobre los pañales, la mayoría de las veces puede ser recomendable traer una cantidad desde casa e ir alternando con los pañales de los comercios del país. Se tendría que informar de cada destino, pues en países con restricciones como Cuba pueden ser difíciles de encontrar.

Respecto a sillitas y carritos, hay que tener en cuenta que las infraestructuras de muchos países no son las de aquí, y que pueden ser un estorbo más que una ayuda. Son aconsejables los portabebés ergonómicos, que reparten el peso y son cómodos para ellos: fulares, mochilas, mei-tais, son mucho más prácticos a la hora de desplazarse por cualquier lugar y más seguro para ellos.

Cuando empiezan a desplazarse su motivación para la misma es importante que sea atendida. Siempre habrá espacios de tiempo a lo largo del día para que estén en el suelo o puedan caminar. Los viajes en avión y en tren pueden paliar un poco las incomodidades de estar muchas horas de viaje.

ENFERMEDADES

Uno de los temas que más angustia son las enfermedades. Puede ser aconsejable, viajar con un seguro médico. Tomando ciertas medidas básicas se puede evitar muchas de ellas: beber agua embotellada, no comer salsas, comer fruta que se tenga que pelar.

Antes de salir, visitar un centro de Medicina Tropical para valorar vacunaciones y medidas preventivas. Muchas enfermedades se contagian a través de picada de mosquito, así que conviene ir con un kit de repelente y crema calmante y seguir las recomendaciones de cada país.

Si los niños son muy pequeños habrá que valorar si evitar o no países con riesgo de malaria o zonas específicas, pues algunas medicaciones preventivas para niños también tienen efectos adversos que conviene tener en cuenta, como el lariam pediátrico, que puede provocar alucinaciones.

Aunque más que enfermedades, en realidad el riesgo más grande son los accidentes de tráfico. En cada país la forma de conducir es muy diferente y senecesitan algunos días de adaptación. Un gran consejo sería “allá donde fueres haz lo que vieres”.

SEGÚN LA EDAD

Una vez los niños y niñas crecen el destino y actividades pueden cambiar, pues deberemos tener en cuenta también sus preferencias. La mayoría son felices con piscina y playa cerca, y según sus motivaciones, en cada país pueden encontrar espectáculos, lugares y costumbres de gran interés para ellos. Y en el camino también se pueden encontrar otras familias viajeras.

CONCLUSIÓN

Viajar con niños y niñas puede ser una gran experiencia para todos, y una gran lección de vida para ellos. Ver otras formas de vida, otros rasgos faciales, otras costumbres, otros lugares y experiencias pueden ser un gran legado para ellos.