La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ha coordinado en nuestro país un simulacro europeo en el que se ha representado la erupción continua del volcán islandés Grimsvötn, un año después de que se tuviera que cerrar el espacio aéreo por culpa del Eyjafjälla.
Durante estos ejercicios realizados durante este miércoles y jueves se han validado la efectividad de los planes adoptados para evitar o reducir crisis como la sufrida a nivel europeo el año pasado, así como el funcionamiento de las líneas de comunicación.
En toda Europa han participado 70 aerolíneas, 14 proveedores de servicio de navegación aérea, 10 autoridades nacionales, el Volcanic Ash Advisory Centre ( VAAC) de Londres, además de la Comisión Europea, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y EUROCONTROL.
Mientras, en España los participantes han sido expertos de la Dirección General de Aviación Civil, Aena, Aemet, el Estado Mayor del Ejército del Aire, la Autoridad Nacional de Supervisión Meteorológica (Ansmet), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y las compañías aéreas Iberia, Spanair, Air Europa e Iberworld.
Los expertos han establecido tres áreas de contaminación: baja, media o alta. De ahí que para cada una de ellas existan unas medidas a llevar a cabo.
El ejercicio de simulación ha supuesto poner en marcha las actuaciones programadas y verificar que su funcionamiento, en tiempo real, obedece a los esquemas planificados.
El próximo mes de junio se celebrará una reunión en la sede de OACI en París, en la que se evaluará el funcionamiento en el ejercicio del nuevo Plan de Contingencia de cenizas volcánicas, así como los resultados sobre el tráfico aéreo que hubieran existido en una situación real y el grado de cumplimiento del objetivo final: la seguridad y la minimización del impacto sobre el tráfico aéreo.