La península de Curonia es un istmo alargado y estrecho que comparten Lituania y Rusia con gran resignación. Para acceder a la parte lituana, que conforma la provincia de Neringa, se toma un ferry en Klaipeda, el puerto más importante de este país en el Báltico.
En la península de Curonia hay muchas cosas para ver como, por ejemplo, la Duna de Parnidis, en la población de Nida. Son impagables las vistas de la duna y de esta población desde el reloj de sol que recuerda a todos sus visitantes qué momento del día es.
Nida, de cuya playa se dice que es una de las más limpias de Europa, cuenta con un tranquilo paseo marítimo en el que destacan bellas casas de colores, algunas de ellas adornadas con veletas. En esta población hay dos visitas obligadas: la Casa-Museo del escritor alemán Thomas Mann, donde escribió parte de la tetralogía José y sus Hermanos, y el interesante Museo del Ámbar, donde se pueden ver piezas elaboradas a base de esta cara resina, muy común en toda Lituania.
En esta península hay otros lugares muy interesantes como la solitaria población de Pervalka, ideal para pasar un verano tranquilo, la Duna Muerta de Curonia o el Monte de las Brujas de Juodkrantè, un bosque apartado donde hay un grupo de tallas paganas en madera que representan brujas y figuras demoníacas.
Artículo escrito por María Jesús Tomé, licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona y Diplomada en Ciencias Políticas y de la Administración y editora de la web www.tusdestinos.net
