Tras ciertas demoras con respecto a las fechas previstas de inauguración, el 10 de octubre de 2003 fue inaugurada la línea de Alta Velocidad entre Madrid y Lleida. A diez años de funcionamiento de la línea, estos trenes AVE no han conseguido cumplir las expectativas previas.
Pues las previsiones con respecto a la llegada de la Alta Velocidad a esta ciudad catalana habían sido muy optimistas, concebida como la oportunidad de abrir la ciudad a nuevos emprendimientos de negocios y a mayores beneficios económicos, así como a un enorme crecimiento del mercado inmobiliario.
Sin embargo, hoy en día es posible observar que la realidad ha sido otra. Desde el Col·legi Oficial d’Agents de la Propietat Inmobiliaria de Lleida han reconocido que las expectativas no se han cumplido. En palabras de su presidente, Eduard Segarra: “Pensábamos que el precio de los inmuebles iba a aumentar mucho y diez años más tarde hemos comprobado que todo ha subido y ha bajado en idéntica proporción a otros lugares por donde no pasa el AVE”.
Desde la Cambra Oficial de Comerç i Indústria de Lleida, por su parte, han afirmado que “la provincia esperaba mucho más del AVE”. Aún así, el presidente de la Cambra reconoce que a nivel empresarial, “el AVE ha sido un verdadero acierto“. Y es que estos servicios, gracias a la reducción de los tiempos de viaje, que los viajeros pudieran “trasladarse a Madrid por la mañana y volver por la tarde sin hacer noche o evitar el coche para ir a Barcelona”.
Por otro lado, el secretario general de CCOO en Lleida ha señalado que tener el AVE “es mucho mejor que no tener nada”, aunque afirma no estar seguro de poder “estar muy orgullosos del tren de Alta Velocidad”.
