Ayer decíamos que la casualidad ha querido que en unos días se junten varias noticias sobre alta velocidad en otros países: Arabia Saudí (Medina-La Meca), Brasil (Campinas-Sao Paulo-Río de Janeiro), Japón (intercambio tecnológico con España)… y resulta que hoy tenemos que continuar esa tendencia hablando del AVE que se está construyendo en Rusia.
Ese país se ha embarcado en la aventura de tender una línea de alta velocidad que enlace a 250 kilómetros por hora las dos principales ciudades del país, Moscú y San Petersburgo, para 2018, año en que acogerá la celebración del Mundial de Fútbol por primera vez en su historia.
Sin embargo las cosas parecen no ir todo lo bien que debieran por problemas de financiación y el presidente de RZD (Ferrocarriles Rusos), Vladimir Yakunin, acaba de anunciar que no se podrán cumplir los plazos, es decir, que su AVE no estará listo para el evento.
La principal dificultad estriba en que el fondo de financiación necesario para cubrir los 17.342 millones de euros presupuestados “nunca se ha utilizado en Rusia”, en palabras del propio Yakunin, y hay que crearlo. Algo que se espera hacer antes de que acabe 2012, para en un par de años proceder a una oferta pública de venta de activos financieros de una parte de RZD.
Paso a paso, pues, ya que “hacer la privatización de forma rápida no es garantía de éxito”. Y se considera que la alta velocidad entre las dos ciudades no es sólo un proyecto clave para los Ferrocarriles Rusos, sino también un modo de transporte fundamental para los rusos, que, además debería contribuir al desarrollo de la economía.
Foto: Don Pep en Flickr
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