El AVE se comió al puente aéreo entre Madrid y Barcelona en 2013, especialmente desde que el Ministerio de Fomento decidiera cambiar su política de tarifas en 2013 y empezara a aplicar unos precios un 11% más económicos, de media.
Gracias a ello, su ocupación subió hasta un 85%, con un incremento de viajeros del 16% que, en números, equivale a un total de 3,12 millones de pasajeros. Más aún si se atiende la ruta completa hasta Figueras, pues en tal caso se duplica la cantidad respecto a 2012.
Aunque se registraron mejoras de ocupación en todos los meses, las más grandes fueron en agosto y diciembre, con más del 25%. Sin embargo, la mayor cantidad de pasajeros tuvo lugar en junio, con más de 308.000.
En suma, el 58,6% de los viajeros que realizaron el mismo trayecto que hacen los aviones, entre la capital y la ciudad condal, lo hicieron en el tren de Alta Velocidad. Eso significa 7 puntos porcentuales más que el año anterior.
Parece lógico deducir por qué esa ruta es la más apetecible para los operadores privados que esperan entrar en el mercado cuando empiece la liberalización de éste. Aún así, la Barcelona-Madrid no es la única línea que mejoró.
En efecto, la que une Madrid con Sevilla lo hizo un 8% y la que llega hasta Alicante ya lleva un millón de viajeros en apenas 200 días de actividad. Por su parte, la Barcelona-Sevilla subió un 35%.
