El llamado Corredor Mediterráneo corresponde a una serie de líneas de ferrocarril que enlazan Levante y Catalunya, extendiéndose desde Almería hasta Gerona. Se trata de una línea mixta de mercancías y pasajeros en la que se prevé que los trenes circulen a una velocidad media de 200 a 250 kilómetros por hora, aunque en algunas zonas podrán alcanzarse los 350. Para ello las vías habrán de adaptarse al ancho internacional UIC que utiliza el AVE.
Algunos tramos están en obras mientras que otros ya ofrecen servicio. Aún así las cosas no son tan sencillas, pues en algunos casos dicho servicio funciona para pasajeros, por ejemplo, pero todavía no para mercancías. En concreto son los tramos Barcelona-Camp de Tarragona y Vandellós-Castellón.
Precisamente Castellón es una de las ciudades afectadas por los recortes presupuestarios del Ministerio de Fomento para atacar el déficit. Sin embargo son recortes que incidirán sólo sobre el tráfico de pasajeros, ya que el tren entre esta ciudad y Valencia apenas tiene tiempo de alcanzar “velocidad de crucero”, en palabras del ministro José Blanco, y “apenas aportaría una reducción de cinco minutos” en el tiempo de viaje. En cambio se considera prioritario el transporte de mercancías, algo quizá menos vistoso de cara al público pero igual o más necesario.
En su momento se presupuestaron 748 millones de euros que procederían de los Fondos de Cohesión de la Unión Europea (575 millones), los Feder (125 millones) y RTE (48 millones) pero ahora tendrá que sumarse la financiación privada puesto que las grandes empresas de la región se verán beneficiadas.