La tragedia del tren Alvia en Santiago de Compostela del julio pasado puso en riesgo la imagen de la Alta Velocidad española. A este accidente se suma otro nuevo suceso que ha hecho despertar nerviosismo en el Ejecutivo español. Nos referimos al freno de los trabajos de ampliación del Canal de Panamá por parte del consorcio liderado por Sacyr, una empresa que tenía el respaldo del Gobierno español en dicho macroproyecto.
Ante esta nueva crisis, el Gobierno de España no ha tardado en dirigirse a los gobiernos de Brasil y Rusia para lanzar un mensaje tranquilizador en lo referente a las ofertas elaboradas por el consorcio español que pujará por la construcción del AVE en ambos países. El Ministerio de Exteriores y de Fomento han querido así evitar que se produzca cualquier interferencia en estos proyectos del AVE de los cuales podrían hacerse cargo empresas españoles.
Pues existe el temor del gobierno español de que la actuación del consorcio de Sacyr en el Canal de Panamá pueda ser utilizada por los consorcios competidores en estos grandes proyectos para desprestigiar al consorcio español.
En concreto, se trata de la construcción de las líneas de alta velocidad Río de Janeiro-Sao Paulo (con un trazado de casi 600 kilómetros) y Moscú-San Petersburgo (de unos 650 kilómetros). Estos proyectos por los que pujará el consorcio español liderado por Renfe y Talgo tienen un presupuesto de unos 15.000 y 18.000 millones de euros, respectivamente.
