El Ministerio de Fomento ha anunciado la apertura de una línea de emisión de bonos cuyos fondos se destinarán a financiar las obras del AVE que aún están pendientes, para lo cual se ha pusto en contacto con diversos inversores de renta fija.
La idea es ofrecer una emisión de deuda por un valor de entre 600 y 1.000 millones de euros, recuperando así una idea que ya se barajó hace un par de años pero que finalmente había sido desestimada por la desfavorable coyuntura económica. Ahora la situación ha cambiado a mejor, con el país lejos del temido rescate de entonces y la prima de riesgo en valores menos extremos.
Además también influye el factor de la liberalización del sector ferroviario, de manera que Adif quede desvinculada del resto de la red convencional, tal como informó el pasado mes de mayo a los sindicatos el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá. La empresa gestora de la alta velocidad acumula una deuda de 13.700 millones de euros que le obliga a pagar 370 millones al año sólo en intereses. Ello ha supuesto una reducción progresiva de su capacidad de financiación.
Por eso también a partir de ahora se harán presupuestos más modestos, procurando evitar los sobrecostes. Algo que no se limitará a los trazados y las infraestructuras viales sino que se hará extensible a las propias estaciones.
Hace un tiempo que Adif tiene registrado en la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) un folleto de emisión de valores de renta fija que se deposita y renueva periódicamente. Ahora, la fecha prevista para ese lanzamiento de títulos será finales de julio, con la particularidad de que la emisión se hará en Dublín por ser más barato y ventajoso desde el punto de vista fiscal (no aplicará retención a los inversores).
Por supuesto, la decisión de emitir esta deuda fuera de España ha resultado muy polémica, especialmente por la imagen que da al país que el Gobierno prefiera hacer la operación en otro país y la repercusión que ello pueda tener en la confianza de los mercados. Otras empresas españolas ya hicieron lo mismo con anterioridad, tanto en Irlanda como en Luxemburgo.
