Los mejores destinos para disfrutar de una buena cerveza
La cerveza, una de las bebidas más populares y consumidas del mundo, cada vez tiene más adeptos. Siempre considerada como un sinónimo de buena salud por los ingredientes que la componen, en la actualidad encontramos cientos de variedades que hacen las delicias de millones de personas. Y nada mejor para ir descubriendo todas estas opciones que recorrer algunos de los destinos con más historia cervecera. Atentos, os los descubrimos.
Los orígenes de Múnich
La ciudad de Múnich fue fundada en 1158, sobre el río Isar, en lo que en aquella época era un enclave de vital importancia para el comercio de la sal. Los fundadores de la ciudad fueron monjes benedictinos ("Munichen" significa "en el lugar de los monjes"), que precisamente jugarían un papel fundamental en lo que sería la influencia de la cerveza en la ciudad. De hecho, los nombres de un gran número de marcas de cerveza alemana producidas aquí provienen de diferentes órdenes religiosas: Paulaner era la cerveza producidas por la orden de los Paulinos, Agustiner la de los Agustinos y Franciskaner la de los Franciscanos.
El Oktoberfest, la fiesta de la cerveza
Hablar de Múnich y de cervezas, y no hablar del Oktoberfest es simplemente un "delito". Y es que esta celebración es la más popular de Alemania y probablemente una de las fiestas más importantes del mundo. La gran fiesta de la cerveza que tiene lugar a finales de septiembre, comienzos de octubre.
El origen del Oktoberfest se encuentra en el año 1810, cuando la ciudad de Múnich celebró durante cinco días la boda del príncipe Luís de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia. Desde entonces la fiesta se ha replicado cada año y tan solo ha sido suspendida durante los periodos de guerra o por otras causas mayores. Para hacerse una idea de lo importante que es su celebración, en los más de 200 años de vida del festival, únicamente se ha cancelado en 24 ocasiones.
El certamen se celebra, a lo largo de 16-18 días, en el Theresienwiese, un campo adaptado para la celebración que cada año alberga alrededor de seis, siete millones de personas. Entre todas ellas se llegarán a consumir cerca de siete millones de litros de cerveza alemana, servidas en jarras de litro tradicionales. Y no de cualquier cerveza, sino de una variedad hecha exclusivamente para la ocasión, la OktoberfestBier, preparada a conciencia por las cervecerías de la ciudad.
Qué cervezas hay que disfrutar en Múnich
Con semejane tradición cervecera, es evidente que no todo empieza y acaba en el Oktoberfest. Hay mucho más a parte de este festival y sobre todo hay mucha cerveza alemana que disfrutar. Actualmente existen 6 grandes grupos que engloban toda la cerveza de la región y que ofrecen un enorme abanico de variedades que probar. Son: Augustiner, Hacker-Pschorr, Hofbräu, Löwenbräu, Paulaners y Spaten-Franziskaner.
Entre los diferentes tipos de cerveza que produce Hofbräu, la Original HB Múnchen es posiblemente la más conocida y todo un símbolo de la ciudad. También produce una maibock, una weissbier y una dunkel entre otras.
Dónde probar una buena cerveza en Múnich
En Múnich podrás encontrar cientos de lugares fantásticos donde poder disfrutar de una buena cerveza, sin embargo los típicos biergarten son, además de un opción de lo más original, una apuesta perfecta para que ese momento sea genial. Y es que en Múnich puedes encontrar biergarten ("Jardin de la cerveza" en alemán) por todos lados. Son jardines al aire libre a los que puedes llevarte tu propia comida y donde lo único que tienes que consumir es la bebida.
Biergarten de la Torre de China, Englischer Garten 3. Posiblemente uno de los más conocidos, en el enorme Jardín Inglés, un parque en el centro de Múnich del calibre de Central Park. Un lugar perfecto para vivir esta experiencia de primera mano. Además de encontrarse en un lugar de lo más ideal para desconectar y relajarse mientras dejamos de lado, aunque solo sea durante 10 minutos, nuestra visita a la ciudad.
Hofbräuhaus am Platzl, Platzl 9. Ya hemos hablado anteriormente de ella pero es que esta cervecería situada en pleno centro de la ciudad es un lugar magnífico para tomar una cerveza. Independientemente de su carácter histórico que ya la vuelve una visita imprescindible, la Hofbräuhaus es un precioso local que puede acoger cerca de 2.500 personas, con una fantástica decoración y donde los propios parroquianos tienen taquillas (nada más y nada menos que 424) para dejar guardadas bajo llave sus jarras de cerveza. Lo mires por donde lo mires, tienes que probar una cerveza aquí.
Augustinerbräu. Landsberger Str. 35. Otra cervecería en un edificio histórico de la ciudad. Construido en el año 1829, cuenta también con una decoración fantástica y es un lugar estupendo para probar la comida típica de la región. Aquí además podrás saborear la fantástica Augustiner, rodeado de férreos defensores de esta marca que la considerarán, sin falta de razón en cierto modo, como una de las mejores cervezas del mundo.
Löwenbräukeller, Nymphenburger Str. 2. Una cervecería gigante que se encuentra ubicada al lado de la fábrica de Löwenbräu, la más grande de la ciudad, y muy cerca del centro. Con una capacidad para unas 250 personas, también tiene un soleado biergarten, y en marzo se engalona para acoger otra fiesta de la cerveza, menos conocida pero igual de genuina, la Starkbierfest.
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Los orígenes de Dublín
La primera referencia histórica de la ciudad de Dublín la encontramos el año 140 d.C., bajo el nombre de Eblana Civitas. Sin embargo, la bahía en la que se encuentra ya venía siendo habitada desde hacia miles de años. Los celtas se habían instalado aquí el año 700 a.C., en el siglo V se convertirían al cristianismo por obra de San Patricio, y ahora ya más tarde, en el siglo IX, los vikingos llegarían para sentar las bases de una área comercial a la que posteriormente se la conocería por Dubh Linn (laguna negra).
La cerveza es la bebida más popular de Dublín y de Irlanda. Una pieza fundamental en el entramado cultural de este pueblo y algo que cualquiera puede ver nada más llegar aquí. Y es que los bares juegan un papel fundamental en todas y cada una de las ciudades de Irlanda.
Una de sus marcas más populares es la culpable, no solo de que el resto del mundo conozca su faceta cervecera, sino de que se haya apasionado directamente por ella. Y sí, hablamos de la cerveza irlandesa Guinness.
Guinness, la marca de la ciudad
La historia de Guinness comienza en 1759, cuando Arthur Guinness decide abrir una cervecería en St. James Gate, en Dublín. Al poco tiempo Arthur Guinness se haría con el título de Master, la máxima autoridad de la Corporación de Cerveceros de Dublín, y comenzaría a producir cerveza negra hecha a base de cebada tostada. El comienzo de la leyenda no había hecho nada más que empezar. Y es que por cuestiones del destino, parece que Guinness estaba predestinada a triunfar.
Con las Guerras Napoleónicas y el desarrollo de las líneas de ferrocarril, la venta de cerveza negra, o tal y como sería conocida posteriormente, "stout" (cerveza negra tirada), de Guinness, se incrementaría no solo en Irlanda sino también en Inglaterra. En este último sitio las ventas llegaría incluso a triplicarse. La marca de cerveza irlandesa empezaba a destacar por encima de sus competidoras.
En 1803, después de la muerte de Arthur Guinness, su hijo Benjamin se hizo cargo de la compañía y, lejos de conformarse con lo que su padre ya había logrado, continuó ampliando los horizontes de ésta, más allá incluso de la fabricación de cerveza. Con una primera donación para la remodelación de la Catedral de St. Patrick se puso la primera piedra de lo que iba a ser un estrecho vínculo entre la comunidad irlandesa y la marca de cerveza. Algo que ya nada podría quebrantar. Y es que incluso después del fallecimiento de Benjamin Guinness, se continuaron con las donaciones, permitiendo que se llevasen a cabo obras importantes como la apertura al público del parque St Stephen's Green, la asociación de Guinness e Iveagh Trusts para la construcción de hogares para la gente pobre de Dublín y Londres, y ayudando incluso a hospitales de Dublín o incluso al Trinity College.
De este modo Guinness se ganó ser todo un símbolo de Irlanda. Pero, por si esto fuera poco, gracias a su estrategia de comercialización internacional y a sus exitosas campañas internacionales, Guinness también pasó a ser una de las cervezas más conocidas del mundo. Todo esto hace que probar una cerveza Guinness en una visita a la ciudad sea algo obligatorio, al menos una vez en la vida.
Cervezas que disfrutar en Dublín
Dónde disfrutar de una cerveza en Dublín
En la ciudad de Dublín podréis encontrar más de 1.000 pubs así que tomarse una buena cerveza no debe suponer ningún problema. En la gran mayoría de ellos se suelen encontrar actuaciones de música en directo y ofrecen comida con la que poder ingerir algo sólido entre pinta y pinta. Así que, en todo caso, recomendar uno de ellos sí que puede ser algo más problemático.
Sin embargo, y dejando de lado algún lugar también mítico como la Guinness Storehouse, por ejemplo, aquí van 5 recomendaciones, basadas principalmente en la popularidad de los garitos, que seguro que pueden ayudarte a disfrutar al máximo de esa deliciosa cerveza irlandesa en la ciudad:
Temple Bar Pub, 47-48 Temple Bar. Inaugurado en 1840 este pub es todo un clásico en una de las zonas más conocidas de la ciudad. Comida, música en directo y, lo más importante, pintas de cerveza de todo tipo. Aunque siempre está lleno de gente, es un clásico que garantiza una experiencia más auténticas en la ciudad.
The Brazen Head, 20 Bridge Street Lower. El pub más antiguo de Irlanda. Nada más y nada menos. Desde el año 1198 este local lleva mucho tiempo ofreciendo cervezas, comidas y un ambiente genial. Así que si necesitas una apuesta segura, aquí la tienes. Y por si esto fuese poco, mencionar que Joyce lo nombra en su famosa novela “Ulysses” y que a él acudían numerosas figuras de la literatura irlandesa, seguro que acaba de convencerte. Si no, es que nada puede encandilarte.
David Bryne, 21 Duke Street. Y si nos ponemos a hablar de “Ulysses”, no podemos entonces no mencionar este pub. Aquí es donde el protagonista de la novela desayunaba. Así que si lo que buscas es rodearte de un ambiente literario que pueda inspirarte mientras saboreas una buena cerveza, este pub es perfecto para ti.
The Palace Bar, 21 Fleet Street. Un pub que abrió sus puertas en 1823, de una decoración preciosa que a día de hoy sigue manteniéndose, y que era frecuentado por intelectuales del momento. Un sitio genial en el que refugiarse y conversar mientras se saborea algunas de sus innumerables cervezas.
Oliver St. Johns Gogarty, 58 Fleet Street. Otro imprescindible que se añade a la lista. Aunque en esta ocasión destaque sobre todo por su ambiente festivo. Y es que tanto su interior como su terraza siempre están abarrotado de gente dispuesta a pasar un buen rato mientras degustan comida tradicional y cerveza deliciosa a buen precio.
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Sobre la ciudad de Ámsterdam
Ámsterdam encuentra sus orígenes en un pequeño pueblo de pescadores ubicado cerca del río Amstel. Es aquí donde, en el siglo XII, se construye un dique ("dam" en holandés) y que hace que la ciudad pase a llamarse Amsteldam. Más tarde, en 1358, este pueblo pesquero comenzaría a destacar como un enclave comercial de referencia en el centro de Europa y, poco a poco, iría asumiendo su verdadero rol como uno de los puertos más importantes no solo del continente, sino del mundo, únicamente por detrás del de Lisboa.
Si bien es cierto que Ámsterdam ha perdido esa importancia comercial que la distinguía, sigue siendo el centro intelectual de los Países Bajos y un verdadero ejemplo para todo el mundo en lo que a tolerancia y libertad se refiere.
La cerveza holandesa y el caso Heineken
Heineken, Amstel, Bavaria, Orangeboom... Uno puede perderse fácilmente entre la multitud de cervezas holandesas que existen y es que ésta es, sin duda, la bebida preferida del país. Junto a Alemania, Bélgica y la República Checa, Holanda se encuentra en el eje de las grandes cervezas del mundo.
Sin embargo, y aunque las cervecerías y toda esta amalgama de marcas está presente en todo el país, hay una marca en especial que ha conseguido acaparar todo el reconocimiento internacional, Heineken.
Fue Gerard Adriaan Heineken el encargado de levantar todo este imperio. Para él, el cuidado de la calidad de la cerveza era algo fundamental así que con los avances científicos y técnicos de la época, tanto con las máquinas refrigeradoras como con la levadura, Gerard Adriaan dio con la tecla perfecta para que su cerveza Heineken obtuviese una calidad muy superior al resto de cervezas. Esto le permitió convertirla en una marca de referencia, obteniendo grandes beneficios y convirtiéndose en un punto de referencia para otras empresas internacionales.
Después de la muerte de su padre, Henry Pierre Heineken asumió el mando de la compañía y continuó con la línea definida por Gerard Adriaan, fomentando el desarrollo tecnológico de sus fábricas con el objetivo de seguir mejorando su cerveza. Gracias a todo esto, Heineken gozó de una magnífica reputación internacional durante años y en 1948 pudieron sacar la primera botella etiquetada con la marca, dando lugar así al comienzo de todas sus campañas publicitarias. El éxito de estas acciones sería la última pieza en el engranaje para que Heineken se forjase como una de las empresas más internacionales y reconocidas del mundo.
Cervezas en Ámsterdam
La cerveza más popular es en los Países Bajos es la "Pilsener", una cerveza rubia, con abundante espuma y que debe servirse bien fría. Sin embargo, también hay otros tipos de cerveza muy conocidos también, como la “Witbier”, cerveza de trigo turbia, o la “Bokbier”, de color tostado, dulce y muy habitual en invierno. A continuación os hablamos de algunas de las cervezas más conocidas en Holanda y, sobre todo, más que recomendadas para un viaje a Ámsterdam.
Dónde disfrutar de una cerveza en Ámsterdam
Ámsterdam es una ciudad preciosa perfecta para pasear, siempre que el tiempo nos lo permita, y perdernos entre sus calles y canales. Aquí no te faltarán opciones para saborear una buena cerveza holandesa. Ya sea en el Heineken Experience para saber de primera mano cómo se fábrica esta cerveza de referencia, o en alguna de las geniales cervecerías que hay esparcidas por la ciudad y que seguro que te depararán una buena experiencia también.
Aquí te dejamos algunas recomendaciones que esperamos te ayuden a encontrar la buena senda cervecera:
In de Wildeman, Kolksteeg 3. Posiblemente una de las cervecerías más conocidas de Ámsterdam, situada muy cerca de la Plaza Dam, en pleno centro de la ciudad. Un lugar muy relajado, que cuenta con más de 200 tipos de cerveza y en el que podrás degustar tu cerveza sin que nada ni nadie te moleste. Por no haber ni siquiera hay música. Solo tu cerveza y tú.
Pollux, Prins Hendrikkade 121. Un bar de luces de neón con una jukebox clásica enamora a cualquiera. Si, además, la pareja de dueños es de lo más carismática, entonces este se convierte en el lugar perfecto para tomar una cerveza. Disfrútala en uno de sus taburetes y, si encuentras que todavía te falta algo, pídeselo a ellos, seguro que encuentran la solución a tus problemas. O sino siempre te podrán recomendar otra cerveza.
Café Gollem, Ramsteeg 4. De espaldas al Museo Histórico se encuentra este café en el que podrás degustar cervezas holandesas y belgas. Ubicado en una casa al lado del canal Singel, es un sitio con una gran variedad de cervezas y marcas. Perfecto para descansar un rato de nuestra visita a la ciudad y saborear una buena cerveza.
Brouwerij’t Ij, al lado del Molino de viento de Gooyer. Una cervecería de lo más auténtica, que antes fue unos baños públicos, cerca del Molino de Viento de Gooyer. Es la única de la ciudad que, además, fabrica su propia cerveza. Con bastante ambiente y muy agradable, es otra gran recomendación para disfrutar de una buena cerveza.
Café Brecht, Weteringschans 157. Si quieres sentirte como en Berlín pero disfrutar al mismo tiempo de las deliciosas cervezas holandesas, este es el sitio perfecto. Un café al más puro estilo “berlinés” en el que, por supuesto, tendréis cervezas tanto alemanas como holandesas. Repleto de estudiantes, es un gran lugar para disfrutar de una cerveza sin fronteras.
Cuándo ir
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Sobre la ciudad de Bruselas
La fecha oficial de la fundación de la ciudad, aunque no hay unanimidad sobre ella, es el año 979, cuando el Conde de Brabante mandó construir una fortaleza para defenderse del asedio de Otón II el Sanguinario, Emperador del Sacro Imperio. Sin embargo, no sería hasta el siglo XII cuando la ciudad realmente se daría a conocer, fecha en la que los Condes de Brabante se instalarían en el monte Coudenberg, la actual Plaza Real de la ciudad.
Al encontrarse en la ruta de Brujas a Colonia, pronto adquiriría un peso de relevancia a nivel comercial. Formó parte de las ciudades que organizaron las “Ferias de Champaña” y a finales del siglo XIII se integró en la “Liga Hanseática”.
La capital de la cerveza
Bélgica es posiblemente el país con mayor tradición cervecera del mundo. Y es que la cerveza belga tiene sus orígenes en la época de las primeras cruzadas, en el siglo XII, mucho antes de que Bélgica fuera un país independiente. Actualmente existen cerca de 180 cervecerías en el país y más de 1.000 marcas de cerveza. Así que con estos datos es lógico que se le considere el país de la cerveza. Y Bruselas, por supuesto, está a la altura de su condición de capital y puede recibir con la cabeza bien alta el apodo de la “capital de la cerveza”.
Aquí podrás disfrutar de cervezas suaves a las que se añade limón para rebajar el sabor como la “Blanche”, con sabor a frambuesa como la “Framboise” o cervezas más fuertes como la mítica “Chimay”, entre cientos de variables más. Casi todas con sus vasos o copas exclusivos, con los que, supuestamente, se mejorará su sabor.
Cervezas en Bruselas
Dónde disfrutar de una cerveza en Bruselas
Como buena capital de la cerveza, en Bruselas tampoco pueden faltar tabernas o cervecerías donde poder disfrutar de esta bebida. Sin embargo, hay algunos de estos lugares que además de ofrecer la posibilidad de tomarse una cerveza, ofrecen también un entorno privilegiado para hacerlo. Algunos de estos lugares tienen una historia detrás que harán que no quieras que se te acabe nunca ese trago.
Aquí tienes algunas recomendaciones:
Taberna la Becasse, Rue de Tabora 11. Cerca de la Grand Place se encuentra está auténtica taberna donde podrás disfrutar de una carta de lo más variada de cervezas. Decorada con mesas y sillas de madera, es un lugar perfecto para viajar en el tiempo y visualizar durante un rato como debía ser lo de disfrutar de una cerveza en épocas pasadas. Su especialidad es la cerveza blanca, servida en una jarra de cerámica. ¡Más que recomendada!
Le Cirio, Rue de la Bourse 18. El Café Le Cirio es posiblemente uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad. Con una decoración rococó, es uno de esos sitios que parecen haber sido congelados en el tiempo. Allí podrás degustar una buena cerveza rubia por un módico precio, mientras disfrutas de un ambiente de lo más agradable.
Cervecería Toone, Impasse Schuddeveld 6. En pleno centro de la ciudad se encuentra esta cervecería en la que todavía hoy se realizan teatros de marionetas. Y es que su tradición teatral se puede ver presente en todo el lugar, con paredes repletas de escenarios que antes habían representado obras geniales. Así que mientras degustas una buena cerveza belga, no dudes en dejar que tu mente vuele y reviva alguna de esas escenas.
Au Bon Vieux Temps, Impasse Saint-Nicolas 4. Un precioso bar que se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad y que tiene sus orígenes en, ni más ni menos, que el año 1695. Con una gran variedad de cervezas, este lugar es una visita imprescindible para cualquier amante de la cerveza, y de la ciudad de Bruselas en general.
Cuándo ir
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