En 2014 y con el Mundial de testigo, Brasil no será sólo turismo de sol y playa

Con el Mundial de Fútbol en 2014 como reclamo, Brasil aterriza en el World Travel Market (WTM), la feria internacional de turismo de Londres, para dar a conocer los atractivos de este país mas allá del turismo de sol y playa y con el ecoturismo como uno de los principales aspectos de su promoción.

“Brasil es conocido por la playa, el sol, el carnaval y el fútbol, pero es mucho mas que eso. Es cultura, es naturaleza, es gastronomía y es hospitalidad”, ha señalado el presidente de Embratur (organismo encargado de la promoción turística en el exterior), Mario Moysés.

Con el objetivo de dar a conocer cada rincón del país, las doce ciudades sedes del mundial de fútbol están distribuidas por todo el territorio brasileño, de manera que gracias a la inversión en infraestructuras y las conexiones de vuelos internacionales, los turistas podrán llegar a todos los puntos del país.

Moysés ha apuntado que la inversión total del Gobierno para el Mundial asciende a 1.000 millones de euros y que en ese año se esperan alcanzar los 8 millones de turistas. La cifra actual es de 5 millones de visitantes, por detrás de países como la República Dominicana o 10 veces menos que Italia.

El presidente de Embratur ha explicado que las doce ciudades sede del Mundial (Rio de Janeiro, Sao Paulo, Brasilia, Cuiba, Bello Horizonte, Porto Alegre, Curitiba, San Natal, Fortaleza, Salvador, Recife y Manaus) son “ciudades modernas, con una amplia oferta de servicios y de infraestructuras y con una riqueza cultural muy variada”.

Moysés ha hecho hincapié en el ecoturismo, que no sólo se erige como una estrategia de diversificación en la promoción del país al margen de los destinos predilectos como Río de Janeiro o Sao Paulo, sino que representa una alternativa de calidad.

Ha indicado que junto con el ministerio de Medio Ambiente se ha creado un programa de explotación de estas zonas que pretende regular el flujo de turistas teniendo en cuenta la capacidad de carga de estos lugares sin sobreexplotar sus riquezas y su biodiversidad. “El objetivo es usar el turismo como elemento de conservación, no de destrucción”, matizó.

Además también ha argumentado que el turismo es uno de los motores del país y una estrategia fundamental para paliar la pobreza, por lo que el ministerio cuenta con un presupuesto anual 1.700 millones de euros, de los que 76 millones van a parar a Embratur.

“Con ese presupuesto, el departamento de Turismo tiene un papel importante en la construcción de infraestructuras como carreteras o aeropuertos en ciudades secundarias que están comenzando a despuntar como destinos turísticos”, precisó.