La jornada de huelga de 24 horas que los sindicatos habían convocado para ayer, lunes 17 de septiembre, en protesta contra la anunciada liberalización del sector ferroviario, terminó con estadísticas opuestas según las facilitaran las organizaciones de trabajadores o las autoridades, como suele ocurrir.
Para las primeras el seguimiento fue “masivo” y alcanzó casi el 100% a pesar del establecimiento de unos servicios mínimos que calificaron de “abusivos”, mientras que el secretario de Estado de Infraestructuiras y Transportes, Rafael Catalá, informó de que sólo había parado un 22,6% de las plantillas de Renfe, FEVE y Adif, las llamadas a la huelga junto con el Metro y los autobuses. En lo que sí parece haber coincidencia es en destacar que apenas hubo incidentes, más allá de actuaciones aisladas de algunos piquetes sin mayor importancia.
Los servicios mínimos decretados, que se fijaron en un 73%, garantizaron la circulación de la mayoría de trenes de Alta Velocidad y Larga distancia, siendo aún mayor el porcentaje en Cercanías, donde debía ser el 75%. Para interurbanos era el 65%. Esto significa que se canceló un total de 302 trenes de Alta Velocidad, Larga y Media distancia. En el caso concreto del AVE, de los 358 afectados circularon 261 y fueron cancelados 97, cumpliendo así el 73% establecido.
La huelga estaba convocada contra la liberalización del sector ferroviario de viajeros prevista para el 31 de julio de 2013, que los sindicatos consideran una “privatización encubierta” de operadores que traerá despidos y una “merma de calidad y seguridad”.
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