3 años recorriendo el mundo sola: La historia de María Calvo

La vida está hecha para vivirla y el mundo para recorrerlo. ¿Y por qué no hacerlo solo? Algo parecido es lo que debió pensar María Calvo, economista por formación y viajera por vocación, cuando hace exactamente 3 años decidió dejar su trabajo, su ciudad y su familia y embarcarse en una verdadera aventura: viajar sola por el mundo, sin prisa y sin fecha de vuelta… 165.000 kilómetros, algo así como 4 veces la circunferencia de la Tierra, 17 países, más de 300 ciudades y pueblos y millones de recuerdos cargados en su mochila. ¿Quieres conocer cómo lo hace? ¿Por qué y hasta cuándo? ¿Te gustaría embarcarte en una aventura similar y necesitas consejos y recomendaciones? La entrevista no tiene desperdicio.

Coge lápiz y papel porque es probable que cuando termines de leerla te entren unas ganas irremediables de dejarlo todo y marcharte indefinidamente como ella… ¡Disfruta de la aventura!

¿Quién eres, donde estás y qué estás haciendo en este momento de tu vida?

¡Hola! Tengo 36 años y soy economista por formación y viajera por vocación. Ahora mismo os escribo desde Myanmar (la antigua Birmania), a donde he llegado en mi peculiar recorrido por el mundo. Hace unos años me dispuse a conocer mundo por mi cuenta, sin más pretensiones que disfrutar de cada momento y aprender sobre otras culturas y en ello estoy…

¿Cuánto tiempo llevas viajando por el mundo y cuáles son los países que has visitado hasta ahora?

Llevo viajando desde el verano de 2010, 3 años que se dice pronto, pero que en realidad se me han pasado volando. Mi mapa del mundo, que podéis consultar en el blog, Gacela por el mundo, dice que llevo recorridos unos 165.000 kilómetros, algo así como 4 veces la circunferencia de la Tierra. La verdad es que viajo bastante despacio, ya que me gusta empaparme al máximo de cada lugar que visito, así que hasta el momento “sólo” me ha dado tiempo a explorar una pequeña parte de 17 países: Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Indonesia, Malasia, Singapur, Vietnam, Myanmar, Egipto y Nepal. En cuanto a ciudades y pueblos, no podría decir la cifra exacta, pero teniendo en cuenta los posts de mi blog y el mapa estarán en torno a 300 (más o menos, un lugar nuevo cada 3 días).

¿Por qué tomaste la decisión de irte?

Siempre había tenido la intención de viajar de otra manera, con más tiempo para poder tomármelo con calma. Sin embargo, mi intención de coger algunas semanas extra de vacaciones sin paga o de aprovechar al cambiar de trabajo nunca resultaron viables, así que llegó un momento en el que me di cuenta de que o me lanzaba o nunca iba a poder cumplir ese sueño, de manera que decidí dejarlo todo, coger la mochila y marcharme. En principio, pensé en irme un año, pero cuando llegó el momento de regresar todavía me quedaba mucho mundo que recorrer y la aventura me estaba resultando bastante más barata de lo que había previsto, así que decidí seguir camino y así hasta ahora.

“Siempre me ha parecido que pasar 8 horas encerrada en una oficina sentada frente a un ordenador era una completa pérdida de tiempo”

¿Qué es lo que menos te gusta del estilo de vida “sedentario” occidental?

Para empezar, siempre me ha parecido que pasar 8 horas encerrada en una oficina sentada frente a un ordenador era una completa pérdida de tiempo. La tecnología ha avanzado a pasos agigantados, pero todavía se nos exige que pasemos el mismo tiempo trabajando que cuando se escribía a máquina y las cuentas se hacían con calculadora. Por otro lado, tampoco me gusta el consumismo excesivo que se ha apoderado de nuestras vidas y, por el cual, hay que tener el móvil último modelo, la ropa de tal o cual marca y el coche más rápido del mercado. Todo esto resulta aún más absurdo cuando vas a países en los que la gente apenas tiene nada, pero le sonríen a la vida y no les cuesta compartir lo poco que tienen.

¿Qué es lo que más echas de menos?

Aparte de a mi familia y amigos (que son parte de mi personal mundo occidental), es poder abrir el grifo y beber agua directamente. Las duchas de agua caliente también ocupan uno de los principales puestos de esta lista. En fin, pequeñas cosas que hacen la vida más fácil…

¿Hay una experiencia, una persona o un lugar que se han quedado especialmente grabados en tu memoria desde que has empezado a viajar?

Tengo tantos momentos y personas que me han impactado, que no sé si va a haber suficiente espacio en la entrevista… En general, lo que más me ha sorprendido ha sido la generosidad de la gente. En todos los países en los que he estado me han tratado genial y siempre ha habido alguien que me ha ayudado de una u otra manera. Sería imposible nombrar a toda la gente que se ha ofrecido a llevarme de un sitio a otro, que me ha invitado a charlar con un té o a comer. En pocas palabras, este viaje ha reforzado mi creencia en la bondad de la raza humana

Uno de los momentos más interesantes de mi viaje ha sido en el oasis de Bahariya en Egipto, donde una familia me invitó a cenar y compartí comida con las 2 mujeres del patriarca, sus 3 hijas, 2 nueras y 3 niños (los hombres y las mujeres comen por separado).

Sólo una de las hijas hablaba algo de inglés, pero eso no fue impedimento para disfrutar del festín que habían preparado ese día. Comimos todas sentadas en el suelo, cogiendo de los platos comunes que colocaron en el centro de un enorme mantel, aunque a mí siempre me separaban una gran ración de cada plato y me lo ponían aparte.

Las chicas más jóvenes estaban fascinadas con mi pelo corto, mi ausencia de marido y el hecho de que viajase sola. Sin embargo, la mayor sorpresa de la tarde llegó a la hora de marcharnos, momento en el que estas chicas veinteañeras desaparecieron bajo sus burkas. Por supuesto que había visto antes a mujeres embutidas de negro de arriba a abajo, pero ver la transformación en personas con las que acababa de estar bailando y riendo me impactó, pues nunca las hubiese reconocido por la calle.

“Lo que más me ha sorprendido ha sido la generosidad de la gente. En todos los países en los que he estado siempre ha habido alguien que me ha ayudado”

Por otro lado, todos los sitios que he visitado me han parecido especiales, pero si tengo que destacar algunos serían las vistas del Everest desde el pico Kala Patthar, a 5.550 metros sobre el nivel del mar, en Nepal; las ruinas de Choquequirao en Perú, a las que se accede tras una caminata de dos días (más otro día de regreso) y que no le tienen nada que envidiar a Machu Picchu; llegar hasta el Círculo Polar Ártico, en la tundra donde no crece absolutamente nada; el archipiélago de San Blas en Panamá, que es algo así como el paraíso en el Caribe; disfrutar completamente sola de los templos de Abu Simbel en Egipto,… En fin, la lista es bastante larga.

Otra de las cosas que me han encantado han sido los encuentros con animales salvajes: ballenas jorobadas saltando junto a nuestro bote en Ecuador; avistar un puma en la selva de Costa Rica; bucear con tiburones ballena en Australia; subirme a lomos de un inmenso elefante en Nepal; ver impresionantes orangutanes en Sumatra; una manta gigante en Panamá; osos grizzlies en Alaska…Aunque tengo que admitir que en algún momento también me han asustado un poco como cuando estaba acampando en el parque nacional de Yellowstone en Estados Unidos y al escuchar un ruido fuera de mi tienda y asomarme a la pequeña ventana sólo vi una mancha marrón. Eran 3 bisontes inmensos pasando a escasos 2 metros de mi puerta. O cuando una mañana en Alaska me topé con un oso negro de camino al baño del camping. Menos mal que el animal estaba entretenido zampándose un salmón porque yo estaba todavía con la legaña puesta y, por una vez, no llevaba el spray anti-osos conmigo.

Tienes un blog donde cuentas todas tus aventuras, Gacela por el mundo. ¿Puedes hablarnos un poco de este proyecto?

En principio, comencé a escribir el blog principalmente para mi familia y amigos. En gran parte para evitar tener que pasar mucho tiempo escribiendo emails similares a unos y otros. Ahora el blog sigue cumpliendo esa función, pero me he dado cuenta de que a mí también me resulta útil tener un diario digital de mis viajes.

“Viajar sola es más enriquecedor. Estás más abierto a lo que pasa alrededor, no tienes prisa y puedes conocer a la gente local”

¿Aconsejarías esta experiencia (viajar sola durante mucho tiempo) a otras personas? ¿Qué consejos puedes darle a las mujeres que quieran viajar solas como tú?

Creo que viajar siempre es una experiencia positiva, pero hacerlo con tiempo y sola es incluso más enriquecedor. Por un lado, estás más abierta a lo que ocurre a tu alrededor y no tienes las prisas de tener que visitarlo todo en 2 semanas, con lo que puedes pararte a hablar con la gente local y profundizar un poco más en la cultura y la sociedad de los países que visitas. Por otro lado, la gente te trata de manera diferente cuando vas sola. No sé si por ser mujer, pero siempre he sentido que la gente intentaba cuidar de mí de alguna manera, ya fuera ayudándome a parar el autobús apropiado o diciéndome los barrios por los que no debía caminar sola.

El principal consejo que daría a mujeres que quieren viajar solas es que se lancen y disfruten. En general, el mundo está lleno de gente, así que una nunca está sola a no ser que quiera estarlo. En todo caso, todo es mucho más fácil de lo que parece desde casa.

¿Cuáles son tus planes para el futuro?

Todavía no sé si para bien o para mal, pero regreso a España dentro de un par de meses y mi intención es aprovechar todo lo que he aprendido estos años para ayudar a otras personas a conocer el mundo. De esta manera, mi objetivo es crear una página web con información práctica para viajar y, además, ofrecer servicios personalizados para aquellas personas que necesiten una ayuda extra para planificar sus viajes.

CONSEJOS PRÁCTICOS

¿Cuál es, más o menos, el presupuesto que se necesita para un viaje tan largo?

Resulta un poco difícil definir un presupuesto general porque depende de los países que visites y el nivel de comodidad con el que quieras viajar. En mi caso concreto, he intentado compensar entre países baratos y caros (he pasado casi un año en países desarrollados), con lo que en total llevo gastados unos 30.000 euros. Se puede viajar por menos dinero y también por mucho más, eso depende de cada uno.

¿Planificas con antelación tus desplazamientos o los decides en el último momento?

Normalmente no decido casi nunca con antelación, excepto si tengo que coger un avión o solicitar un visado. En mi experiencia lo mejor es ir viendo sobre la marcha porque siempre hay motivos para cambiar de planes: un sitio que te sorprende y en el que quieres quedarte más tiempo; alguien que te recomienda un lugar excepcional que desconocías.

¿Cómo te mueves?

Cuando compro billetes de avión lo suelo hacer entre un mes y 15 días antes. Suele ser suficiente antelación para conseguir tarifas baratas y, por otro lado, no tener que planificar con demasiada antelación. Por otro lado, cada día es una aventura nueva para ir de un sitio a otro. Creo que en estos años he utilizado todos los medios de transporte posibles e imaginables, desde un burro hasta un camión lechero, pasando por innumerables moto-taxis, autobuses de lujo y otros que se caían a pedazos, rickhaws, furgonetas de todos los tamaños y colores, barcas grandes y pequeñas…

¿Tienes algún truco para ahorrar?

En general, cuanto más despacio viajas, más barato resulta. Por un lado, porque gastas menos en transporte por día y puedes obtener mejores precios en el alojamiento y, por otro, porque te da tiempo a conocer los precios locales y descubrir cómo visitar las atracciones por tu cuenta. En cuanto a cosas más concretas: limitar el consumo de alcohol, que en algunos países es bastante caro; comer en los mercados locales y en los puestos de la calle en lugar de en los restaurantes para extranjeros (además, la comida suele ser mejor); intentar viajar por carretera, que normalmente es más económico que volar, y utilizar el transporte público. También depende un poco del país.