El protagonismo de España en el mundo de la Alta Velocidad es una realidad. No sólo por la red viaria proyectada y en construcción de aquí a los próximos años, que pondrá al país a la cabeza del mundo por número de kilómetros de tendido -salvo que la crisis lo impida- , sino también por la exportación de la actividad a otras naciones.
Efectivamente, desde hace tiempo Renfe y Adif concursan en el exterior para conseguir adjudicaciones de ferrocarriles similares y ya obtuvieron un jugoso contrato, aquí reseñado, para las obras del AVE en Arabia Saudí. Asimismo ambas están embarcadas en empresas similares en otros sitios como Rusia, Brasil o Inglaterra, aún pendientes de resolución. Ahora se suma otro lugar más a la lista, Israel, tal como anunciábamos en un post anterior del mes de mayo.
El estado mediterráneo judío está planificando también su propio AVE y las empresas españolas cuentan con serias opciones de ser las adjudicatarias del proyecto, si se atiende a las palabras expresadas por el embajador israelí Alon Bar: “Somos conscientes de las ventajas que tiene la industria española en el tema de las infraestructuras de trenes de alta velocidad”.
Prueba de ello es el intercambio de viajes entre los respectivos ministros de Transporte y Fomento, Israel Katz y Ana Pastor, para intentar llegar a un acuerdo sobre la puesta en marcha del asunto; el primero nos visitó en mayo y en septiembre será su colega española la que desembarque en tierra hebrea.
El AVE previsto uniría Tel Aviv con Eilat, en la región del Mar Rojo; 350 kilómetros para los que se han presupuestado unos 20.000 millones de euros y trabajos durante 5 años, si se logra también un proyecto para renovar el Metro en la capital.
Foto: Ronsho en Flickr
