Es probable que algunas de las obras a medio hacer de la Alta Velocidad tengan que acabarse recurriendo a una fórmula mixta que combine el capital público con financiación privada, dada la exigua situación de las arcas del Ministerio de Fomento.
De hecho, este recurso ya se está aplicando pues, efectivamente, entre el recorte que el Gobierno ha tenido que aplicar a los Presupuestos Generales del Estado, el agujero de 40.000 millones y la cruda realidad de la ausencia de créditos, el AVE a Galicia se está pagando de esta forma. Y el anterior ejecutivo, con José Blanco al frente, lo llegó a plantear para la famosa Variante de Pajares, aunque entonces no llegó a ponerse en práctica por la opinión en contra de la ministra de Economía Elena Salgado.
La idea se recupera ahora apuntando a fondos de inversión europeos, norteamericanos y australianos. Para ello habrá que cambiar la Ley de Concesiones y la ministra Ana Pastor ya está trabajando en ese sentido, de forma que el sistema sea “más atractivo, equilibrado y viable”. La Administración aportaría un 50%, siendo el Estado el titular de las instalaciones y el encargado de pagar a al inversor.
Al parecer las obras susceptibles de someterse a este método mixto serían (además de autopistas) las de superestructuras ferroviarias como vías, catenarias y elementos de seguridad, entre ellas las de la citada Variante asturiana y las del tramo que enlaza Valladolid y León. Si todo va bien, este verano estará listo el proyecto legislativo.