Elion Musk, el multimillonario fundador de Paypal, presentó hace poco un ambicioso proyecto para crear el que sería el tren más rápido del mundo. Se llama Hyperloop y de momento no pasa de la fase teórica por los desmesurados costes que requeriría. Y es que Hyperloop no es un tren normal sino una cápsula que circula por el interior de un tubo de 3,30 metros de diámetro, que parece sacada de una historia de ciencia ficción.
Sería un sistema de transporte que, de llevarse a la práctica, destrozaría cualquier concepto que se tenga de alta velocidad, dado que los trenes actuales sitúan sus máximas entre 350 y 400 kilómetros por hora -aunque en la práctica circulen a menos por seguridad-, mientras que Hyperloop llegaría al millar de kilómetros por hora. Ello supondría viajar de Los Ángeles a San Francisco, por ejemplo, en sólo media hora, cuando en la actualidad son necesarias 8.
Semejantes prestaciones, que se acercan casi a la velocidad del sonido y superan a buena parte de los aviones, son posibles por su revolucionario sistema impulsor, de levitación magnética, como el de los trenes bala japoneses, que elimina el rozamiento de las ruedas sobre los raíles.
Cada cápsula tendría capacidad para 28 pasajeros y viajaría separada de la inmediatamente predecesora y de la que saldría después por una distancia mínima de seguridad de 37 kilómetros. Con estas cifras, podrían trasladarse 840 viajeros cada hora, que dispondrían de asientos más reclinados de lo habitual y un sistema de ocio individual a bordo.
Un compresor de aire alimentado con baterías bombearía aire a lo largo de todo el recorrido, permitiendo que las cápsulas floten dentro del tubo, que estará fabricado con acero presurizado para reducir la resistencia del aire. Para rebajar costes, la línea no sería subterránea, algo que además permitiría abrir ventanas en el tubo.
Musk impulsó el proyecto por su desacuerdo con la decisión de las autoridades de EEUU de crear una línea de alta velocidad entre las mencionadas ciudades de Los Ángeles y San Francisco, dado que consideraba que, en su opinión, el dinero necesario no compensa los resultados.
Vía: ABC