Desde el pasado 18 de diciembre, fecha en la que se inauguró la línea AVE Madrid-Cuenca-Albacete, está abierta al público en Cuenca la estación Fernando Zóbel. El nombre es un homenaje al pintor que vivió en la ciudad e impulsó la construcción del Museo de Arte Abstracto local.
Está situada a 4 kilómetros del centro urbano, ubicada en un moderno edificio de 3.652 metros cuadrados fabricado en acero, cristal y aluminio además de otros materiales no contaminantes.
Se estructura en dos bloques que forman una planta en forma de letra L: uno de ellos, cubierto por un irregular prisma de cristal de 10 metros de altura, se destina a vestíbulo, zona de tránsito y zona de embarque, accediéndose a los 10 andenes (cubiertos con marquesinas) mediante escaleras fijas, mecánicas y ascensores; el otro, que también tiene una prisma como cobertura pero algo más bajo (4 metros) y de piedra, es la terminal donde se reúnen locales de hostelería, comercios, venta de billetes y atención al cliente.
En cuanto al exterior hay un aparcamiento de 8.900 metros cuadrados con 250 plazas de capacidad y zonas ajardinadas, formando con lo construido y las facilidades de acceso previstas para discapacitados, un conjunto lo suficientemente interesante como para que ADIF se plantee enviar el proyecto a diversos concursos internacionales de arquitectura.
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