Dentro de la carrera desatada en toda España por conseguir un enlace con el AVE, el norte en general y Asturias en particular presentan una serie problemas que día a día parecen recrudecerse en vez de ir calmándose.
La difícil orografía de las montañas cantábricas dificulta notablemente los trazados, proyectos y licitaciones, alarga los plazos de ejecución de las obras y provoca que la velocidad máxima prevista para los trenes no se acerque siquiera a lo que será realmente la Alta Velocidad en otras partes del país.
Así, el trayecto hasta Madrid, principal destino para los viajeros asturianos, se hará en “menos de tres horas” según el presidente del Principado, Tini Areces, una estimación tildada de imprecisa y ambigua. En recorridos de similar distancia, como el AVE Madrid-Sevilla, por ejemplo, el tiempo es de dos horas y media, paradas incluidas, pese a ser de una tecnología inferior a la actual. A Málaga (513 kilómteros) tarda sólo nueve minutos más y a Barcelona (650 kilómetros), dos horas y cuarenta y tres minutos.
De momento, la única referencia real de esa línea es el tramo Madrid-Valladolid (179,5 kilómetros), que se cubre en una hora de viaje.
