En algunos de los últimos posts publicados aquí hemos estado hablando de infraestructuras importantísimas y fundamentales para el tendido de líneas de AVE un un país como España, cuyo territorio está marcado por una orografía bastante abrupta y que frecuentemente obliga a excavar túneles para salvar relieves imposibles. Y en referencia a dichas obras han salido a relucir más de una vez las tuneladoras con que se horadan esas montañas. Pero ¿sabemos cómo es exactamente una tuneladora?
Una tuneladora es una máquina para perforan el subsuelo abriendo una galería por la que han de circular los trenes en un futuro. Son de dos tipos. Unas, llamadas Topos, son para taladrar roca dura, por lo que no necesitan hacer labores auxiliares complementarias como entibar el túnel para que no se derrumbe al avanzar: el techo de piedra se sostiene por sí solo. Este tipo de máquinas se limita a presentar una rueda de corte frontal, sin mecanismos para colocar dovelas.
Las otras son del tipo EPB y son las más habituales en España en obras ferroviarias, redes de Metro, colectores y similares. Indicadas para horadar terrenos arcillosos, utilizan el escombro de la excavación ubicado en la cámara de extracción para mantener la presión constante sobre el frente mediante un tornillo, sin incidir sobre la superficie. Al ser blando el terreno que trabajan deben entibar el entorno para que no se venga abajo, por eso van equipadas con un sistema de colocación de dovelas de hormigón armado situado en el escudo trasero o de cola.
En el delantero, la parte principal, se alojan la rueda de corte, los cilindros de empuje, los de orientación y el tornillo. Luego va el llamado back up, de unos 80 metros de longitud, en el que se sitúan la cabina de mando, los motores, la ventilación, los transformadores eléctricos, el equipo de inyección de espuma y mortero, las vías, etc. Por último va el tren, la locomotora (eléctrica o diésel), con vagones de escombro y otros de mortero para rellenar el trasdós de la estructura de sustentación del túnel aplicada.