La falta de dinero por la crisis económica sigue dejando en el aire muchos proyectos del AVE. El último afectado ha sido el de la estación ferroviaria de León, que tendrá un efecto retroactivo en el conjunto de la línea Madrid-Asturias.
Y es que el Ayuntamiento leonés acaba de solicitar la disolución de la sociedad que se ocupaba del paso de la Alta Velocidad por la ciudad. No hay medios económicos para afrontar el proyecto previsto, que constaba de una nueva estación unida a la terminal de autobuses situada en el centro urbano, a 50 metros de la anterior, lo que obligaba a realizar una amplia serie de trabajos de adaptación en el entorno que, entre otras cosas, además permitirían salvar el paso a nivel del barrio del Crucero que entorpece el tráfico urbano.
El paso a nivel sí se eliminará pero el resto del plan, queda suspendido ad infinitum por su elevado coste, ya que incluía construir 3.369 viviendas, un puente sobre el río, accesos y un gran hotel con restaurante panorámico en lo alto de la misma estación.
En lugar de ésta tendrá que aprovecharse la estación provisional que se había levantado en 2011 por 23 millones de euros y que ahora tiene visos de dejar esa temporalidad durante muchos años. El problema es que ese equipamiento obliga a los trenes a efectuar una maniobra marcha atrás al entrar o salir que implica un aumento del tiempo de duración del viaje en torno a 20 minutos.
Esa pérdida de tiempo hace que el viaje entre la capital de España y Asturias, principal perjudicada al ser la parte inicial y final de la línea, lleve aún más tiempo. Mientras dure esto y no se termine la Variante de Pajares, el viaje entre Madrid y Gijón, final de la ruta, empleará 5 horas y media. Una de las propuestas para acortarlo es la habilitación de algunos trenes que no paren en León y, de hecho, es algo que ya hay pero sólo con 2 Alvia semanales, uno los viernes (ida desde Chamartín a las 18:30) y otro los domingos (vuelta desde Gijón a las 17:22).
