Airbus ya sabe cómo quiere que sea el futuro en el sector de la aeronaútica. Aviones con techos transparentes, asientos ergonómicos o espacios de realidad virtual. Y es que la compañía ha presentado en Londres un prototipo de avión fruto de sus concepciones más innovadoras, que de llegar a construirse, podría transformar notablemente las actuales aeronaves comerciales.
El concepto de cabina que Airbus imagina para el año 2050 tiene un techo transparente que permitiría al pasajero admirar las vistas durante el vuelo, asientos ergonómicos para una mayor comodidad y relax y un espacio de realidad virtual en el que el viajero podría desde jugar al golf hasta hacer sus compras.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=a-ds2UjeKuA[/youtube]“Nuestras investigaciones muestran que los pasajeros del 2050 querrán vivir una experiencia placentera durante su viaje, al mismo tiempo que exigirán que los aviones sean respetuosos con el medio ambiente”, ha manisfestado en la presentación el vicepresidente ejecutivo de la división de ingeniera de Airbus, Charles Champion.
La compañía ha hecho hincapié también en la necesidad de que poco a poco se desechen los actuales materiales con los que se construyen las cabinas de los aviones y se sustituyan por otros biodegradables.
Este prototipo de Airbus contaría además con tecnologías para reducir la quema de combustibles, la contaminación acústica y las emisiones de CO2 y otros residuos.
Según el diseño, la membrana que formaría las paredes de la cabina permitiría controlar la temperatura en el habitáculo, y los pasajeros gozarían de buena comunicación con el exterior, con la posibilidad de contactar con la familia vía videoconferencia.
El interior del avión imaginado por Airbus estaría dividido en zonas adaptadas a las diversas necesidades de los pasajeros, con una “zona revitalizante” que contaría con aire enriquecido con antioxidantes y vitaminas, iluminación ambiental, aromaterapia y tratamientos de acupuntura.
En la “zona interactiva”, los pasajeros podrían disfrutar de juegos interactivos o de una tarde de compras a través de hologramas de realidad virtual, mientras que el viajero que requiera asistencia personalizada tendría que dirigirse a la “zona de alta tecnología”.
Todo un lujo para dentro de unos años…