El anuncio acerca de una reducción de los precios del AVE a partir de enero, en el marco de la liberalización del transporte ferroviario, está levantando críticas en otros sectores. La polémica por los bajos precios del AVE no es nueva, pero en estos momentos se está haciendo más patente por esta nueva bajada de las tarifas.
La polémica surge básicamente en torno a las ayudas públicas a Renfe, pues las ayudas procedentes de la Administración suponen un obstáculo a la libre competencia. Y esta fuerte competencia de la Alta Velocidad pone en peligro a otros medios de transporte, como se ha demostrado en el caso de líneas aéreas que han perdido a más de la mitad de sus viajeros con la llegada del AVE.
En los últimos días, ha sido la Federación Española Empresarial de Transporte de Viajeros (Asintra) la principal representante de los temores ante el nuevo sistema tarifario de Renfe. Esta federación ha solicitado transparencia a la operadora ferroviaria para estar al tanto de las ayudas estatales que se le conceden. Asimismo, pretenden conocer “los resultados de cada una de las líneas de negocio”.
Según informan desde Asintra, con las previstas rebajas del 70 % sobre el precio de los billetes de Alta Velocidad, Renfe podría estar vendiendo por debajo del coste (dumping). Esto es visto con recelo por aerolíneas y compañías de autobuses, que temen una caída de la demanda en sus servicios.
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