La visita del ministro de Fomento a la cornisa Cantábrica la semana pasada para ver de cerca las obras de infraestructuras de la zona dejó algunos titulares para la prensa referentes a sus intenciones para la conclusión de las líneas de Alta Velocidad.
La más repetida es su intención de aplicar un plan de inversión mixto con inversiones pública y privada, a través de fondos aportados por las empresas constructoras (en total 17.000 millones de euros), para impulsar la finalización de los trabajos del AVE de Asturias y dejar todos los tramos terminados y en servicio a finales de 2015. Para entonces el trayecto entre el Principado y Madrid durará dos horas y media, aunque la apertura de la Variante de Pajares, prevista para finales de 2012, ya habrá reducido el tiempo de las cuatro horas y media actuales (en Alvia) a poco menos de tres.
Precisamente está a punto de adjudicarse el estudio informativo del tramo Pola de Lena-Gijón (luego vendrán tres años de trámites medioambientales e información pública más otros dos de obras) mientras que para el de León-La Robla se manejan fechas similares.
En otro orden de cosas, José Blanco dejó claro de forma definitiva que no se construirá un AVE Cantábrico entre Santander y Ferrol por carecer de sentido “ni desde el punto de vista medioambiental ni desde el económico”, aunque sí se hará en la otra dirección, Santander-Bilbao. Eso sí, en la actual situación de crisis no se considera algo prioritario en el ministerio.