El anuncio por parte de RENFE de sustituir en la gama Alvia 120, la que está operando la Alta Velocidad en la línea Madrid-Valladolid-León-Asturias, los trenes Talgo por otros de la empresa CAF, ha suscitado indignación y polémica en Asturias, especialmente a raíz de las críticas hechas públicas por maquinistas y sindicatos. Según estos colectivos, los trenes CAF son más pequeños (76 plazas menos) y de peor calidad, con un centro de gravedad más bajo que provocará mayor balanceo al atravesar la Cordillera Cantábrica por la Variante de Pajares.
Renfe ha explicado recientemente en Oviedo, por boca de su director de Área de Viajeros, que los Talgo de Asturias, Cantabria y País Vasco se llevan a los talleres para ser transformados en híbridos y poder circular mediante catenaria o a diésel en su destino previsto, que son las regiones donde hay más retraso en el tendido eléctrico: Galicia y Murcia. Ello permitirá reducir el viaje a Madrid desde estas dos comunidades en una hora y 40 minutos respectivamente. La idea incluso se remachó hablando de “justicia social”.
Para intentar contener las protestas de casi todos los sectores asturianos, Renfe asegura que la velocidad con los CAF será la misma que con los Talgo: 250 kilómetros/hora en tendido AVE (de momento sólo entre Valladolid y Madrid) y 220 en ancho ibérico. Incluso se ahorrará tiempo al evitar los retrasos por congelación que se producían en el Intercambiador de Valladolid, porque los CAF están preparados para ello.
Y, para explicar la reducción de plazas, la compañía ferroviaria ha tirado de estadísticas asegurando que la línea registra 304.000 pasajeros anuales, lo que significa que la ocupación media es del 60,2% (180 personas para 223 asientos). Aún así, no se descarta aumentar frecuencias, si es necesario, en el tramo vallisoletano a la capital, aunque sí el quinto Alvia demandado insistentemente desde Asturias.
