Después de un largo tiempo esperando el resultado de las elecciones y deliberando, el gobierno de Portugal ha hecho oficial su decisión definitiva sobre el proyecto de construcción de un AVE que uniera Lisboa con Madrid: la respuesta es “No”.
Así lo anunció el ejecutivo luso la semana pasada, algo que se intuía dada la situación de crisis económica que ya había obligado a suspender los trabajos, en territorio portugués, en junio de 2011. La entrada de los conservadores en el poder fue decisiva, pues su partido, el PSD, abogaba por la cancelación de esa línea al considerarla demasiado costosa.
El Tribunal de Cuentas anuló el contrato, firmado en 2010 por José Sócrates, por el que iban a construir 150 kilómetros de vías de Alta Velocidad para unir Poceirao (Lisboa) con Caia, lugar donde se enlazaría con el tramo español que va de Badajoz a Madrid (por cierto, ahora se abre un interrogante sobre el futuro del AVE pacense).
Era una obra presupuestada en 1.400 millones de euros y adjudicada al consorcio empresarial Elos, integrado por la constructora Soares de Acosta y la concesionaria de autopistas Brisa, que ya anunciado que recurrirá la decisión del gabinete de Pedro Passos Coelho al llevar invertidos ya 264 millones.
A cambio, el gobierno portugués pretende priorizar otro tipo de redes ferroviarias que ofrezcan una alternativa más económica al transporte de mercancías, verdadero leiv motiv del proyecto inicial, y ya se prepara un plan en ese sentido.
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