Buscando todas las formas posibles de conseguir garantizar o incrementar la rentabilidad de algunos aeropuertos menores, la Generalitat recuperó la semana pasada un plan del anterior Govern: enlazar el transporte aéreo gerundense con el ferroviario. Si antes proponían hacerlo con tranvías esta vez es, por boca del consejero de Territorio y Sostenibilidad, Lluis Recader, de más magnitud: construir una estación de Alta Velocidad en el aeropuerto de Girona.
Se trataría de aprovechar que las vías del AVE pasan muy cerca de las instalaciones de Vilobi d’Onyar y erigir una estación unida mediante un ramal. Las obras no serían excesivamente costosas ni tendrían demasiada dificultad al ser en línea recta, y permitirían a los pasajeros de avión conectar con la capital catalana, Barcelona, en menos de media hora y estar en el centro de Gerona en diez minutos gracias a trenes lanzadera. Algo similar a lo que ocurre con Barcelona y Lleida, si bien allí los susodichos trenes, de la clase Avant, están subvencionados.
El conseller explicó el miércoles, durante una comparecencia en el Parlamento autóctono, que se había encargado un estudio de viabilidad a la Dirección de transportes y Movilidad, aunque no facilitó datos sobre su presupuestos ni métodos de financiación. Lo que sí dijo fue que el proyecto otorgaría al complejo aeroportuario “muchas más oportunidades de futuro”, partiendo de la idea de que ya está “garantizada” su viabilidad.
Algo que no está tan claro si se tienen en cuenta los preocupantes datos de los primeros tres meses de 2011, saldados con la pérdida de un 30% de usuarios y el abandono de algunas rutas que operaba Ryanair.