La semana pasada se plantearon algunas propuestas para ofrecer una alternativa a los aproximadamente 20 minutos que pierde el Alvia a su paso por León al tener que realizar una maniobra marcha atrás.
La puesta en servicio en 2011 de la nueva estación de Alta Velocidad leonesa no sólo dotó a la ciudad de un equipamiento necesario para acoger la futura llegada del AVE sino que sirvió también para eliminar un paso a nivel en pleno casco de la ciudad no sólo constituía un peligro sino que limitaba las posibilidades de crecimiento urbanístico.
Sin embargo, ello trajo un efecto colateral. Esa estación, que debía ser temporal mientras se construía la definitiva, obligaba al tren a, una vez apeados los pasajeros, retroceder para salir y seguir su camino en una operación que añade una media de 20 minutos a los pasajeros que continúan su viaje hacia Asturias o, en dirección contraria, Madrid.
Como la crisis económica ha convertido la estación eventual en permanente, el retraso también se mantiene. A no ser que se adopte alguna de las propuestas barajadas por el Ministerio de Fomento para solucionarlo. Han sido ideadas por el Ayuntamiento de León, dado que la llegada del AVE está prevista aún para 2015.
La idea inicial, que implicaba el soterramiento de la línea a su paso por la ciudad (2,7 kilómetros), ha sido descartada por su complejidad y coste (se calcula en torno al centenar de millones de euros), así que son tres las alternativas que quedan.
Una consiste en soterrar parcialmente la vía: aproximadamente 500 metros, que una vez cubiertos permitirían al tren enlazar con la vía principal. Otra, construir un apeadero en Los Juncales, en la entrada a León desde Asturias, para evitar la entrada a la estación, quedando ésta exclusivamente para trenes regionales. Y una tercera similar, sólo que poniendo el apeadero en La Vidriera, en la entrada a la ciudad desde Madrid.
La que más probabilidades parece tener es la segunda, puesto que el apeaderode Los Juncales quedaría a 1,2 kilómetros de la estación mientras que el La Vidriera estaría más lejos, a 4,5, y obligaría a establecer un sistema de lanzaderas. La opción del soterramiento parcial tampoco parece muy factible.
Con ello se eliminaría el retraso que alarga el tiempo de viaje entre Madrid y Asturias a unas 5 horas; cuando se termine toda la línea serán 3 y cuarto.