Marrakech, ciudad imperial y cautivadora, ha sido nombrada Capital de la Cultura en el mundo islámico para el año 2024. Por sus tesoros milenarios, su vibrante actividad cultural y su atmósfera única, Marrakech es uno de los destinos más populares de Marruecos. Tanto si eres amante de la historia, el arte, la espiritualidad o la gastronomía, la Ciudad Roja te dejará un recuerdo imborrable. Descubre en este artículo qué hacer en Marrakech en 3 días y disfruta de un viaje a través de la historia, la cultura y el arte de vivir.

 

Día 1: Inmersión en la Medina y sus tesoros

Explora la Medina, un patrimonio mundial de la UNESCO

Para comenzar tu visita, sumérgete en el corazón de la Medina de Marrakech, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO. Sus estrechas callejuelas, sus coloridos zocos y sus animadas plazas te transportarán a un mundo fuera del tiempo. Perderse en este laberinto de calles y colores es esencial para cualquier viajero que busque responder a la pregunta qué hacer en Marrakech.

Admira la majestuosa Mezquita Koutoubia

Muy cerca de la Medina, la Mezquita Koutoubia domina la ciudad con su impresionante minarete de 77 metros. Este símbolo emblemático de Marrakech no solo es la mezquita más grande de la ciudad, sino también uno de los monumentos más importantes del país. Admira su arquitectura, un excelente ejemplo del estilo almohade. Aunque el acceso está reservado a los musulmanes, puedes disfrutar de su vista exterior y pasear por los jardines que la rodean.

Visita el Palacio de la Bahía

Continúa tu jornada con una visita al Palacio de la Bahía, una joya de la arquitectura marroquí. Construido en el siglo XIX para el gran visir Si Moussa, este palacio fue diseñado para reflejar la grandeza y el prestigio de su propietario, con la ambición de ser uno de los palacios más bellos jamás construidos. Como curiosidad, su nombre, Bahía, significa “brillo” o “belleza”.

Al adentrarte en el palacio, te sumergirás en un laberinto de patios interiores, jardines exuberantes y salas minuciosamente decoradas, una auténtica delicia para la vista.

Disfruta un espectáculo fascinante en la plaza Jemaa el-Fna

Termina tu primer día de excursión en la emblemática Plaza Jemaa el-Fna, el corazón palpitante de Marrakech. También declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO, esta plaza cobra vida especialmente al caer la noche con narradores de cuentos, encantadores de serpientes, músicos y puestos de comida.

En los alrededores encontrarás numerosos restaurantes donde cenar. Presenciar este espectáculo vibrante es una experiencia inolvidable para cualquier visitante que busque qué hacer en Marrakech.

 

Día 2: Descubre tesoros culturales y placeres gastronómicos

Jardines Majorelle, un oasis de colores

El segundo día, haz una parada en los impresionantes Jardines Majorelle. Creados por el artista Jacques Majorelle y posteriormente adquirido por Yves Saint Laurent, este exuberante jardín es un verdadero oasis de calma y belleza.

Con sus plantas exóticas, fuentes relajantes y paredes de un azul vibrante, que da nombre al famoso azul Majorelle, este lugar invita a la contemplación. Dedica tiempo a pasear y disfrutar de este jardín que se extiende por más de 9,000 m².

Museo de Marrakech y la artesanía marroquí

Continúa el día visitando el Museo de Marrakech, un antiguo palacio convertido en museo que alberga colecciones de arte islámico, objetos de la vida cotidiana y obras de arte moderno. Situado en el corazón de la Medina, es un lugar ideal para profundizar en la cultura y la historia de Marruecos a través de los siglos.

No te pierdas su patio central, decorado con mosaicos y tallas de madera, una auténtica joya arquitectónica que merece la pena admirar.

Zoco de especias, un deleite para los sentidos

Enseguida, adéntrate en un mundo de colores y aromas en el zoco de las especias. Aquí descubrirás los condimentos que hacen famosa a la cocina marroquí, como el azafrán, el comino, el ras el hanout o la canela.

Los vendedores estarán encantados de compartir contigo sus conocimientos y trucos culinarios. Aprovecha para abastecerte de estas especias y así recrear en casa recetas típicas marroquíes como el tajín o el cuscús.

Degustación de té de menta y pasteles marroquíes

Concluye el día con estilo disfrutando de un té de menta, una auténtica tradición en Marruecos, acompañado de deliciosos pasteles marroquíes como las cuernos de gacela, los baklavas o las ghribas.

En la Medina abundan los pequeños salones de té, lo que brinda la oportunidad perfecta para una merecida pausa gastronómica.

Día 3: Entre espiritualidad y relajación

Mezquita Ben Youssef

En el tercer día, visita la Mezquita y la Madrasa Ben Youssef, una obra maestra de la arquitectura islámica que data del siglo XIV. La belleza de sus detalles, como las mosaicos y las tallas de madera, la convierte en una de las principales atracciones de Marrakech.

Aunque la mezquita no está abierta a los no musulmanes, la madrasa, antigua escuela coránica, es una visita imprescindible. En su interior, podrás pasear por los patios, admirar sus fuentes y contemplar los exquisitos motivos geométricos que decoran las paredes. ¡Un espectáculo visual inolvidable!

Palacio El Badi, símbolo de la grandeza del pasado

Continúa explorando con una visita al Palacio El Badi, que en su día fue un lujoso palacio real. Hoy en ruinas, este palacio, construido en el siglo XVI, fue una auténtica obra maestra decorada con mármol, mosaicos dorados y exuberantes jardines.

Paseando por su gran patio interior, podrás sentir y apreciar la majestuosidad que todavía emana este lugar. Ofrece una visión fascinante de la arquitectura de la época saadí. Es un sitio histórico imprescindible si buscas qué hacer en Marrakech durante tu visita.

Y no olvides mirar hacia arriba para admirar las cigüeñas que anidan en lo alto de sus imponentes muros.

Relájate en un hammam tradicional

Después de las visitas, date un merecido descanso en un hammam tradicional. En Marrakech, muchos hammams ofrecen tratamientos revitalizantes, como exfoliaciones, masajes y baños de vapor.

La experiencia de un hammam va más allá de un tratamiento de belleza; es un ritual profundamente arraigado en la cultura marroquí, asociado con la purificación y el bienestar. Disfruta de una exfoliación con jabón negro, seguida de un masaje con aceite de argán, para alcanzar un nivel de relajación absoluta. Es una experiencia esencial de la cultura marroquí y una excelente manera de recargar energías antes de continuar explorando.

Compras en los zocos

Concluye tu estancia paseando por los zocos para hacer algunas compras y llevarte un recuerdo auténtico de tu viaje. Los zocos de Marrakech, con sus laberínticas calles llenas de color y bullicio, están repletos de tesoros artesanales: textiles, cerámica, alfombras hechas a mano y joyas tradicionales.

No dudes en regatear; es una parte esencial de la experiencia y añade un toque especial a tus compras. Además, es una excelente oportunidad para impregnarte por última vez del ambiente vibrante de Marrakech.

 

Si tienes más tiempo

Si dispones de algunos días más durante tu viaje, aquí tienes algunas sugerencias sobre qué hacer en Marrakech y sus alrededores:

Visita los Tumbas Saadíes

Las Tumbas Saadíes, situadas en el barrio de la Kasbah, son uno de los sitios históricos más fascinantes de Marrakech. Albergan las sepulturas de los miembros de la dinastía saadí, que gobernó de 1549 a 1659. Descubiertas en 1917, estas tumbas son famosas por su arquitectura refinada y sus hermosas decoraciones.

Al entrar, primero encontrarás los jardines y los pavimentos de mármol que conducen a los mausoleos adornados con una precisión increíble. El más famoso de ellos es el mausoleo de Ahmed el-Mansour, con detalles en estuco tallado, cerámica colorida e inscripciones en árabe.

Recarga energías en el Jardín Secreto

Tras la visita a las tumbas, tómate un tiempo para relajarte en el Jardín Secreto, un verdadero oasis verde en el corazón de la Medina. Este jardín, redescubierto y cuidadosamente restaurado, te sumergirá en un entorno apacible, alejado del bullicio de la ciudad.

Dividido en dos partes, el jardín islámico y el jardín exótico, ofrece una variedad de plantas, árboles frutales y fuentes que crean una atmósfera serena. El jardín islámico, con sus senderos sinuosos y parterres de flores coloridas, es un excelente ejemplo del arte paisajístico tradicional. Podrás sentarte en un banco y disfrutar de la tranquilidad mientras admiras la arquitectura de los pabellones que lo rodean.

Excursión a las montañas del Atlas

Para una experiencia completamente diferente, emprende una excursión a las montañas del Atlas, a solo unas horas de Marrakech. Esta majestuosa cadena montañosa ofrece paisajes espectaculares, que van desde cumbres nevadas hasta valles verdes.

Tendrás la oportunidad de descubrir aldeas bereberes tradicionales, donde la vida transcurre al ritmo de la naturaleza. Estas experiencias auténticas te permitirán entender el modo de vida de los habitantes y su profundo vínculo con su entorno. También podrás realizar senderismo por varios caminos señalizados que te llevarán a cascadas ocultas y vistas panorámicas impresionantes.

Disfruta de una noche en un riad tradicional

Para completar tu estancia en Marrakech, date el lujo de pasar una noche en un riad tradicional. Estas casas marroquíes, a menudo situadas en la Medina, son conocidas por su arquitectura única, con patios interiores, fuentes y mosaicos coloridos.

Un riad te permitirá vivir una experiencia auténtica, sumergiéndote en la cultura local. Muchos riads ofrecen habitaciones cómodas, un servicio acogedor e incluso comidas preparadas con ingredientes frescos y locales. ¡Solo el desayuno tradicional merece la pena!

Podrás relajarte en la terraza, admirando los techos de los hogares en Marrakech mientras disfrutas de un vaso de té de menta. Una experiencia única para vivir la hospitalidad marroquí.

Ahora estás listo para descubrir la belleza de Marrakech y vivir una experiencia inolvidable. Este viaje seguramente será solo el comienzo de una emocionante exploración en Marruecos, un país lleno de mil y una maravillas que te esperan.