Hasta ahora los precios de los billetes de Renfe se han fijado en función del destino, variando según la línea y los kilómetros recorridos en el desplazamiento. Sin embargo, la operadora ferroviaria ha planteado la implantación de un sistema en el cual las tarifas cambiarán en función de la demanda para cada momento.
Es decir, que se adoptaría un sistema tarifario equiparable al que utilizan las aerolíneas, lo que supone una subida en los precios en aquellos periodos que registran una mayor afluencia de pasajeros. Así, en vacaciones o festivos los viajeros tendrán que abonar más para sus billetes, mientras que se conseguirán precios bajos en fechas con menor demanda.
Esto se aplicaría únicamente en los trayectos de Alta Velocidad y Larga Distancia, pues “los precios de los trenes de cercanías no se establecerán con ese criterio, porque están subvencionados”. Los trenes AVE y de largo recorrido será entonces el que se convierta en un gran negocio para el sector ferroviario, que supone hasta la mitad de los billetes que Renfe emite durante la temporada alta.
Esta medida, que podría aprobarse antes de que acabe el año, sigue “pura y llanamente” las políticas empresariales, según afirman fuentes del sector. Pues la actuación de Renfe, al no tratarse de una empresa pública, sigue los parámetros del mercado y “es muy independiente de quien gobierna”.
