El nuevo concepto de estación ferroviaria de los últimos años, un edificio multidisciplinar que integre no sólo el servicio de tránsito a los pasajeros de los trenes sino también una zona de ocio y comercio con tiendas, restaurantes, aparcamientos, quioscos, cines y similares, se completa en la madrileña de Chamartín, punto de llagada del AVE Valladolid, con la ubicación de un hotel en sus mismas instalaciones de la calle Agustín de Foxá s/n.
El Hotel Husa Chamartín se levantó aprovechando las obras de reforma a que fue sometida la estación en los años 70 para ampliarla y ambos se han beneficiado mutuamente en un peculiar ejercicio de simbiosis.
Remozado en 1999, en sus nueve pisos se reparten 372 habitaciones y 18 suites dotadas de comodidades acordes a las cuatro estrellas que lo avalan: baño completo con espejo de aumento y secador, aire acondicionado, hilo musical, TV, Internet y ventanas insonorizadas para aislar el ruido de los trenes.
Los servicios del establecimiento incluyen restaurante, lavandería, Wi-Fi en todo el edificio y facilidades para acceder al Castellana Zen Spa, que también está en el complejo de la estación. Además, para los viajantes de negocios, hay un punto administrativo (ordenador, fax, fotocopias) y ocho salones para conferencias y eventos con capacidades entre 20 y 250 personas y equipación audiovisual. Bajarse del tren en Madrid, alojarse en un hotel, disponer de red para trabajar sin salir de él y luego, acaso, desplazarse hasta el cercano IFEMA -cinco minutos- en un cortísmo espacio de tiempo puede ser el sueño de cualquier ejecutivo ¿o no?