La línea de Alta Velocidad Madrid-Levante atraviesa las regiones de Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Región de Murcia. El tramo Motilla del Palancar-Valencia, de 139 kilómetros, tiene que salvar grandes dificultades técnicas debidas a la complicada orografía del terreno, por lo que en él se encuentra una serie de infraestructuras que incluyen casi 25 km de túneles, otros 11 km de viaductos y una estación entre Requena y Utiel. Una de esas infraestructuras es el viaducto que salva la Rambla del Gallo.
Dicho paso, tendido sobre la autopista A3, mide 930 metros de longitud y está constituido por una sucesión de viaductos y pérgolas. De éstas hay 2, la primera cruzando sobre la mencionada autopista y que constituye el viaducto propiamente dicho, mientras que la segunda pasa sobre el ferrocarril de ancho convencional Madrid-Valencia.
El viaducto sirve de comunicación entre dos túneles: uno es el de La Cabrera, que atraviesa la sierra que le da nombre, con una longitud de 7.157 metros y composición de doble tubo y a cuya salida de Buñol emnpieza el viaducto; el otro es el de Buñol, de 1.916 m de longitud. Ambos constituyen el 85% del total del trazado del tramo.
Situada en la comarca de la Hoya de Buñol, la obra fue fruto de gran polémica porque las tierras de vaciado del túnel entre Siete Aguas-Buñol-Chiva fueron depositadas en la rambla. Hubo protestas y denuncias de asociaciones ecologistas y, al acabar los trabajos, se procedió a su retirada.
Foto: Adif