Dentro de la línea AVE que enlaza Madrid con Zaragoza, Barcelona y Francia, los viaductos constituyen las principales infraestructuras singulares a su paso entre Sant Joan Despí y Hospitalet. Hay dos en los 7.833 metros totales de vía. El primero de ellos, el de Sant Boi, tiene una longitud de 870 m y se halla frente a la localidad homónima, permitiendo atravesar el río Llobregat, la carretera C-245 de Castelldefels a Barcelona, los ramales de acceso a la Ronda Litoral y la línea de Ferrocarriles de la Generalitat. Está compuesto por dos tramos.
Uno, formado por una estructura mixta de acero y hormigón de 340 metros que se apoya en 5 pilas intermedias, dispone de una estructura de acero, con forma de tirantes, que une el tablero del viaducto con el extremo superior de las pilas. La técnica utilizada para construir el tablero consiste en montar la estructura metálica en uno de los extremos y, posteriormente, empujar la parte ya colocada hasta su emplazamiento definitivo. Una vez puesta la parte metálica, se pasará a construir los elementos hechos de hormigón.
Otro, con una longitud de 530 metros, tiene estructura de hormigón apoyada en 10 pilas intermedias. La construcción del tablero se hace mediante una estructura auxiliar llamada autocimbra, que sirve de soporte provisional en el proceso de hormigonado.
El segundo viaducto es doble, para líneas de trenes convencionales y de alta velocidad y, al igual que el anterior, tiene como misión salvar el río Llobregat pero esta vez entre El Prat y L’Hospitalet, de ahí que sea conocido como Viaducto del Prat. Con una longitud de 212 metros, su estructura es de hormigón y se apoya en 4 pilas intermedias. La construcción del tablero se realizó mediante la fabricación de las dovelas (partes en que se divide dicho tablero) en uno de los extremos y, posteriormente, el empuje o desplazamiento del tramo ya fabricado hasta su emplazamiento definitivo.