Siguiente relato de Yola, nuestra aventura que está realizando la vuelta al mundo en su visita a Mozambique.
El chapa desde Nampula me dejó en “Residencial Meia Lua” sobre las 10:30h, buena hora para armarse con la compañía electrónica y salir a conocer la isla. Miento, no es buena hora, pero es lo que hay, la isla es pequeña y si la veo hoy, puedo continuar ruta mañana. Aquí amanece sobre las 5:00h, de modo que entre las 10:00/10:30h y las 13:30/14:00h es la franja horaria en que más aprieta el sol. Para salir a estas horas hay que equiparse bien con protección solar total (puesta media hora antes de salir), gorra y agua, el sol es realmente fuerte. La isla es suficientemente turística como para encontrar jóvenes que intentan venderte collares de caracolas y corales, otros que se dicen guías para enseñarte la isla y contarte las historias de la historia, y otros que tienen un buen patrón de barco para ir a otras islas cercanas a hacer snorkel, playita, etc. No son muy pesados, pero a cada momento sale uno nuevo con la misma película. Al verme blanca siempre se dirigen a mi en inglés, entonces, cuando contesto “No entiendo“, me preguntan que donde trabajo o en qué proyecto estoy.
Está dividida en dos “ciudades”, la Ciudad de Piedra al Norte y la Ciudad de Makuti al Sur. Como destacable:
– La Fortaleza de Sao Sebastao, aunque la encontré cerrada por rehabilitación. Está en el extremo norte de la isla.
– El Palacio y Capilla de Sao Paulo, bien merece una visita que sorprenderá.
– Y la Iglesia da Saúde.
También hay un pequeño templo indú al lado del mercado. Y el hospital espero que también sorprenda por dentro, porque lo que es la decrépita fachada del edificio da hasta miedo.Ya en la Ciudad de Makuti, está el puerto pesquero, al oeste el nuevo, al este el antiguo, que algunos siguen usando. Y en el sur y sureste los cementerios, como curiosidad hay 3, en la punta sur el Cristiano, y siguiendo hacia el norte, por el este, primero el Musulman y luego el Africano, que tiene una extensión porque se les quedó pequeño.
Aunque los niños tienen la mala costumbre de pedir dinero (algunos adultos también), en general son amigables y curiosos. Ansían contarte lo que han hecho hoy en el cole, dónde y cómo viven y saber de tí. Les extraña mucho el color de la piel y quieren tocarla, aunque no se ateverán hasta tener confianza. También quieren tocarme el pelo, porque es ¿suave?, bueno, para ellos lo es.Hacerte amiga suya te da derecho a tocarles también. Les gusta ir agarrados de tu mano y, como te descuides, te encuentras aprendiendo a hacer trenzas en su pelo.
gracias Yola por el relato y a seguir descubriendo mundo!
Almudena, ni te lo pienses, es toda una experiencia.
Espero que saquen el concurso, si es así, te prometo mi voto 😉
Y ya sabes que puedes seguir todas mis aventuras en ¿Dónde está Yola?
Jo que envidia! Algún dia yo también dejaré todo y me iré a dar la vuelta al mundo. A ver si este año Edreams saca de nuevo un concurso para dar la vuelta al mundo… 🙂