Fundada por los árabes y asentada sobre los ríos Huécar y Júcar, Cuenca es famosa por sus Casas Colgadas pero también por sus calles empinadas y por su riqueza monumental. No en vano cuenta con el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Ubicada en la serranía de Cuenca, en esta ciudad también verás unos rascacielos diferentes.
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Tu visita a Cuenca tiene que empezar visitando el símbolo de la ciudad, las Casas Colgadas, que se asoman al río sobre un acantilado desde los balcones de madera. Lo mejor es hacerte la foto desde abajo pero también puedes entrar en tres de ellas. Una es la casa de la Sirena, cuyo interior alberga un mesón donde podrás degustar platos típicos del destino como el morteruelo o el zarajo. Las casas del Rey albergan en su interior un museo abstracto considerado el más bello pequeño museo del mundo.
Reserva hotel en Cuenca en la calle Trabuco, donde podrás visitar las ruinas de un castillo del siglo XIII del que todavía se conservan parte de sus torres y de sus murallas. Contempla también el arco de Bezudo, una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad. Frente a las Casas Colgadas y sobre la hoz del río Huécar se encuentra esta estructura gótica y de decoración renacentista obra de los hermanos de Alviz en el siglo XVI.
Pasea por la plaza Mayor, una de las más grandes de la ciudad, y admira su ayuntamiento de fachada barroca. Continúa hasta la Catedral de Santa María y San Julián y luego vete hasta el barrio de San Martín. Ahí están los rascacielos de Cuenca. Al contrario de lo que puedas imaginarte, son casas populares que, por una parte, tienen solamente tres plantas mientras que, si las miras desde el Huécar, parecen rascacielos.
Desde la ciudad puedes hacer excursiones para descubrir joyas de sus alrededores como las Caras de Buendía, una serie de rostros grabados en piedra en mitad de la naturaleza obra es de Reguillo y Maldonado, que empezaron en 1992. No puedes marcharte de Cuenca sin haber visitado la Ciudad Encantada, un paraje donde descubrirás como el agua ha ido esculpiendo las rocas a través de los siglos formando originales figuras, algunas de animales.
En el centro histórico y junto a las Casas Colgadas, vas a encontrar numerosas ofertas de hoteles en Cuenca que te servirán de base para conocer este destino. Si quieres conocer Cuenca a través de su gastronomía, busca un alojamiento por la calle San Francisco, llena de bares en los que podrás degustar sus tapas. Entre la plaza Mayor y la calle Severo Catalina también encontrarás algunas opciones para alojarte. Además de estar muy cerca del centro, es la mejor zona para ir de copas.
Pero si lo que buscas es tranquilidad y estar en contacto con la naturaleza, escoge alguno de los hoteles baratos a las afueras de la ciudad. De esta forma podrás desconectar paseando junto al río y entre sus frondosos bosques después de visitar la ciudad.