La isla de Malta es pequeña pero esconde 3 joyas que son patrimonio de la humanidad por la Unesco: su capital, La Veleta, sus templos megalíticos, como el de Hagar Qim, Tarxien y Mnajdra y el Hipogeo de Hal Saflieni, una cavidad subterránea laberíntica. Pero hay más. Visita la Gruta Azul y descubre su historia milenaria en el Museo Nacional de Arqueología. Además de su capital, vale la pena ir a ciudades como Marsaxlokk, Mdina o Rabat.
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Los templos megalíticos de Malta son las construcciones más antiguas del mundo y el testigo de los habitantes de la isla entre los años 5 000 y 2 500 a.C. Si tienes que escoger uno, visita los templos de Hagar Qim y Mnajdra, en la parte sur de la isla. Después de ver un audiovisual en el que te cuentan su historia, podrás seguir un sendero para ver el templo principal y 3 estructuras megalíticas. Puedes completar la visita yendo al Museo Nacional de Arqueología, en la capital.
Otra de sus joyas es el Hipogeo de Hal Saflieni, el único templo prehistórico subterráneo conocido en la actualidad. Fue excavado hacia el 2 500 a.C y descubierto en 1902. Cuenta con 3 niveles en los que se ubican las salas principales, del Oráculo y Decorada, el pozo de las serpientes y el Sancta Sanctorum. En un principio funcionó como santuario para luego convertirse en necrópolis.
Pasea por el centro histórico de la capital, La Valeta, declarado patrimonio de la humanidad y situada en el centro de la isla. Es como un museo al aire libre, ya que cuenta con 320 monumentos. La ciudad se caracteriza por sus construcciones que mezclan el estilo barroco con elementos renacentistas, del neoclásico y la arquitectura moderna. Vale la pena vero la Casa Rocca Piccola, el palacio del Gran Maestre y Museo Nacional de Bellas Artes de Malta.
Si tienes tiempo, visita Mdina, conocida como "la ciudad del silencio". Piérdete por sus calles de estilo medieval con muros altos de color crema y admira las vistas desde la muralla. El domingo, vete a Marsaxlokk para ver el mercado, lleno de coloridos puestos, y camina por el puerto para ver sus bonitas góndolas. En Rabat descubrirás una ciudad construida por los árabes que conserva la huella de los romanos en las catacumbas de St. Paul y Sta. Agatha y en la Domus Romana.
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