Conocida como la Ciudad Imperial, porque fue la capital durante el reinado de Carlos V, y Ciudad de las Tres Culturas, ya que en ella convivieron los cristianos, los musulmanes y los judíos, Toledo es una ciudad rebosante de historia y encanto. Reconocida Patrimonio de la Humanidad, guarda un sinfín de joyas arquitectónicas, como la mezquita del Cristo de la Luz, la catedral, la iglesia de Santo Tomé, el Alcázar o la sinagoga de Santa María la Blanca.
Toledo fue el lugar predilecto de El Greco, uno de los grandes pintores del final del Renacimiento. De hecho, la ciudad cuenta con un museo dedicado a él y atesora algunas obras muy aclamadas como El entierro del conde Orgaz o El expolio. En esta ciudad manchega también puedes disfrutar de panorámicas únicas desde el Cigarral, pasear por la Senda Ecológica, que discurre paralela al río Tajo, o saborear típicos mazapanes o carcamusas.
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El casco antiguo atesora el patrimonio monumental de la ciudad, que puedes ver entrando por la Puerta de Bisagra, que da acceso al interior de la muralla medieval. En sus calles hay valiosos monumentos como la catedral gótica de Santa María, el Palacio Arzobispal, las iglesias de Santo Tomé y el Salvador o la mezquita del Cristo de la Luz, uno de los templos más antiguos de Europa, que destila una gran belleza árabe.
El barrio judío te adentrará en la historia de este pueblo que tuvo una gran presencia en la ciudad. Entre las empedradas callejuelas que lo recorren te toparás con numerosas sinagogas, siendo especialmente importantes la de Santa María la Blanca, la más vetusta de la ciudad, y la del Tránsito, que acoge el museo sefardí.
Si te sobra tiempo, acércate hasta el monasterio de San Juan de los Reyes, que destaca por su claustro de estilo gótico isabelino, y el Alcázar, desde donde las vistas son únicas. En su interior guarda el museo del Ejército, que muestra una amplia exposición de armas, documentos y uniformes, y la biblioteca de Castilla-La Mancha.
Toledo está muy unida a El Greco, quien la pintó en varios lienzos. Además, atesora varias de sus obras como El entierro del conde Orgaz, ubicada en la iglesia de Santo Tomé, o El expolio, que está en la catedral. Además, cuenta con un museo, que constituye un privilegiado escaparate a su vida y obra.
Reservar hotel en el centro de Toledo es una opción cómoda y muy recomendable para quienes tienen pensando visitar su legado arquitectónico o disfrutar yendo de compras. Está a un paso de la plaza Zocodover, de donde parten todas las calles comerciales, especialmente Comercio, la más importante. También está próximo a la plaza del Conde, donde podrás comprar souvenirs. Además, cuenta con un buen número de bares y restaurantes.
Las calles comprendidas entre Puerta de Bisagra y la plaza de la Zarzuela también cuentan con una interesante oferta de hoteles. Además, tienen una ubicación bastante céntrica y disponen de una buena oferta de ocio.
Si prefieres reservar hotel en Toledo en barrios más tranquilos, busca al otro lado del Tajo, en los Cigarrales o el Valle. No están demasiado lejos del centro, ofrecen vistas únicas a la ciudad y al Tajo y disponen de todos los servicios que necesites.