Aguas tranquilas, cristalinas y de temperatura agradable. La arena blanca contrasta con las vecinas playas de arenas negras, de origen volcánico. Estos ingredientes, sumados a la tranquilidad que se respira en el lugar, han convertido a Praia Formosa en una de las más famosas playas de Azores. Para una experiencia completa, sube al Miradouro da Macela y dedica algunos minutos a contemplar el increíble paisaje... Además, aquí se celebra desde hace más de 25 años uno de los festivales más antiguos de las islas: el Festival Maré de Agosto.
Escondida entre rocas de origen volcánico, se encuentra la bella playa de Fajã Grande, una de las preferidas por los habitantes de la Isla de las Flores y muy famosa también entre los aficionados al surf y el submarinismo. Esta zona es también un auténtico paraíso para los amantes del trekking, quienes encontrarán una gran cantidad de rutas, todas ellas con paisajes espectaculares. Gracias a la claridad de sus aguas, recibió la calificación de "Praia Qualidade de Ouro", otorgada por Quercus, la asociación ecologista más importante de Portugal.
Esta es, sin duda, una experiencia diferente: bañarse en el cráter de un volcán inactivo y prácticamente sumergido en el mar. Interesante, ¿no? Se puede hacer en Ilhéu de Vila Franca, situado a sólo 1 km de la costa y en un entorno declarado Reserva Natural. En el interior del cráter se forma una piscina natural, de aguas tan transparentes y tranquilas que hacen de este volcán el lugar perfecto para bucear. Famoso entre los locales, este lugar ganó notoriedad cuando empezó a albergar el Red Bull Cliff Diving, el campeonato mundial de buceo en acantilados.
Las calas son pequeñas llanuras costeras originadas por el deslizamiento de la tierra o de la lava. Y solo en la Isla de São Jorge existen más de 40. Por eso mismo muchas veces se la describe como la "isla de Fajãs", la isla de las calas. La más conocida, y también una de las más bonitas, es la Caldeira de Santo Cristo, clasificada como Reserva Natural por la importancia de su fauna y flora. El acceso no es fácil y requiere tiempo y unas gotas de sudor. Pero el esfuerzo se ve recompensado por la belleza de los paisajes que se encuentran en el camino.
Estas bonitas piscinas naturales formadas entre rocas son el resultado de antiguas erupciones volcánicas. Protegidas de la fuerza del mar, son perfectas para nadar en sus aguas tranquilas o, simplemente, para tumbarse en las rocas y tomar el sol, mientras uno observa como la lava negra que las rodea contrasta con el tono azul e intenso del Atlántico. Aprovecha también la oportunidad de visitar el Museu do Vinho de Biscoitos y prepárate para degustar algunos de los reputados vinos de la región.
Si eres de los que no soportan sumergirse en aguas frías, vas a adorar esta playa. Situada en una bahía con fuentes hidrotermales submarinas, la temperatura del agua en la playa de Ribeira Quente invita a entrar y quedarse... Rodeada de un paraje idílico y soleado, ofrece también los servicios básicos para garantizar un día sin preocupaciones: duchas, baños o parking. También es conocida como la Praia do Gogo o Praia dos Saltinhos porque en determinados puntos el agua puede estar tan caliente que te obliga, literalmente, a saltar.